Entre las 10:00 y las 11:00 de la mañana del pasado lunes 11 de mayo, algunos activistas LGBT+ en Cuba denunciaban en sus redes sociales el hackeo de la plataforma Dame la mano. Allí tenían programados varios forodebates para retomar la agenda de las personas gais, lesbianas, trans y queer de la Isla, a un año de la marcha alternativa celebrada a pesar de la renuencia estatal.
Cerca de esa hora, más de dos mil usuarios seguían la transmisión en vivo del youtuber Alexander Otaola, quien había anunciado con antelación otro forodebate dedicado al aniversario del 11M. Ese hecho provocó, días antes, un debate sobre quién puede y quién no discutir la agenda LGBT+ cubana. Los argumentos mantuvieron los antagonismos de siempre: político o apolítico, a favor o en contra del Gobierno y sus instituciones, dentro o fuera de las fronteras nacionales, homosexual o heterosexual.
Cada grupo cree en su posicionamiento y sus estrategias. Algunos respetan el posicionamiento y las estrategias del otro. Algunos no. Las divisiones son infinitas, y dan fe del activismo plural del que son parte tanto los cubanos residentes como los de la diáspora.
La abogada y activista Lidia Moreno participó en el Foro Debate Virtual “11M, a un año de la marcha en Cuba”
“Es más que evidente cuán diverso es el activismo que se está haciendo ahora en Cuba, mediado por supuesto por posiciones políticas, ideológicas… Pero hay algo grave, no nos respetamos los unos a los otros. Y no creo que sea un problema del activismo, sino de una sociedad que no ha sido educada para el diálogo desde el respeto a las diferencias”, dice Lidia Romero, abogada y forista del grupo de Facebook Construyendo una agenda de la diversidad sexual en Cuba, hacia donde finalmente se trasladaron las actividades de Dame la mano.
Y en efecto, en cada uno de los dos grupos que decidieron conmemorar el 11M faltaba la representación del otro. Bien porque no fueron invitados o porque rechazaron las invitaciones.
Víctor Manuel Dueñas y Yosmany Mayeta participaron en el “Forum Virtual por el Día del Movimiento LGBTI Cubano”
Uno de los invitados al programa especial de Otaola, el activista cubano radicado en Holanda Víctor Manuel Dueñas, comentó que “cierto tipo de activismo dentro de Cuba está tocando temas que no son peligrosos para el régimen”. Por “no peligroso” se entiende todo aquel que no critique directamente al sistema social y político de la Isla.
Incluso dentro de la Isla el rango de perspectivas del activismo es variado. No sucede que por vivir en Cuba ya todos se ubiquen en un mismo plano. Hay quienes creen en alianzas con las instituciones gubernamentales, y hay quienes no. En lo que sí concuerdan es en que el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) no representa a todos. Ahí los que disienten no tienen lugar.
En 2008, el Cenesex amplió su línea de trabajo para atender a la comunidad LGBT+. Colocó la temática en la sociedad cubana y más discretamente en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), de la mano de la diputada y directora del centro, Mariela Castro. Pero más allá de eso, no ha concretado ninguna de las demandas de la comunidad de personas gais, lesbianas, bisexuales y trans al Gobierno de la Isla.
El biólogo Ariel Ruiz Urquiola es de los activistas que no cree en las instituciones ni en el Gobierno, o “desgobierno”, como él lo llama. Asegura que no se puede borrar la memoria histórica de represión y acoso a los homosexuales en Cuba. No obstante, no le agradan las escisiones dentro de la comunidad LGBT+, en base a ningún criterio.
“Yo soy gay, y no soy quien para discriminar a otro homosexual por sus ideales políticos. ¿No te parece que ya la comunidad es bastante discriminada para que dentro de ella se discriminen a los negros, a las personas con VIH, los comunistas y no comunistas? Eso te da idea de cuán sólido es ese activismo por los derechos de la comunidad homosexual en Cuba”, dice.
Si en algo coinciden Lidia y Ariel es que se trata de un activismo precario. Bien porque los que llevan años en ello no pudieron lograr el reconocimiento ni la implementación legal de sus derechos, como cuenta Lidia. Bien porque, a decir de Ariel, “no se puede pretender que en un país donde no exista ningún tipo de libertad pueda haber verdaderamente un movimiento bien articulado, más que una cuestión genuina de espontaneidad, que fue lo que ocurrió el 11 de mayo”.
Ariel Ruiz Urquiola participa en el “Forum Virtual por el Día del Movimiento LGBTI Cubano”
“Uno de los invitados al programa especial de Otaola, el activista cubano radicado en Holanda Víctor Manuel Dueñas, comentó que “el activismo dentro de Cuba está tocando temas que no son peligrosos para el régimen”. Por “no peligroso” se entiende todo aquel que no critique directamente al sistema social y político de la Isla.”
Aun con tantas diferencias, los activismos independientes que se hacen dentro y fuera de Cuba mantienen agendas comunes: el matrimonio igualitario y la denuncia al referendo del Código de Familia ―donde se definirá finalmente el concepto de matrimonio―, el derecho de asociación (que es transversal a grupos con otras causas), la vulnerabilidad extra de las personas trans, y las disculpas públicas que no ha ofrecido el Gobierno cubano por la represión hacia los homosexuales en las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).
La pregunta ahora es si resulta posible una plataforma en conjunto. Una que logre aunar esa pluralidad de activismos, donde se respeten las diferencias políticas, raciales y de género. Una que logre, respetando también las vías que cada grupo considere necesarias, las garantías de los derechos de las personas LGBT+, que durante décadas han sido vulnerados en Cuba.
El activista Ulises Padrón fue uno de los participantes en el Foro Debate Virtual “11M, a un año de la marcha en Cuba”
Las marchas son muy necesarias, ¡Que se nos vea!, pero no son suficientes. Las personas LGTBIQ+ deberíamos estar mejor organizadas. En torno a una nueva religión atea/agnóstica, feminista, antirracista y ecologista podríamos conseguirlo. En infinito5.home.blog hablo más sobre ella.