Prensa libre. (Ilustración: Rafael Alejandro García)
CONSIDERACIONES:
PRIMERA: Desde enero de 2018 se han documentado 183 agresiones a periodistas que trabajan en el país, según organizaciones nacionales e internacionales; y en los últimos meses ha ocurrido un aumento ostensible en los ataques;
SEGUNDA: Estos ataques hacen parte de una ola de represión a la prensa independiente, no oficial y no estatal, e incluyen detenciones arbitrarias, interrogatorios, intimidaciones sicológicas, agresiones verbales, allanamientos de domicilios, prohibiciones de salida del país, acoso sexual, ciberacoso, difamación, provocaciones en la vía pública y decomiso de medios de trabajo, entre otros;
TERCERA: Estos ataques hacen parte de una campaña sistemática del gobierno cubano con el propósito de acallar a quienes ejercen el periodismo independiente. A su vez, estas agresiones cercenan el derecho de la ciudadanía cubana a la información de interés público y, por tanto, le impiden acceder y participar en la toma de decisiones;
CUARTA: Para contribuir al desarrollo económico, social y cultural de cualquier sociedad contemporánea y de Cuba entre ellas, se requiere una discusión pública, abierta, sin trabas ni barreras, participativa, asertiva, basada en los hechos y las evidencias, guiada por el análisis inteligente, continuo, racional y sosegado de los acontecimientos;
QUINTA: Las y los periodistas somos mensajeros de los hechos cuyo conocimiento y difusión generan la discusión pública; nosotros también constituimos un grupo diverso, legítimo y autóctono;
SEXTA: Tener una prensa libre en Cuba es una condición fundamental para que el país pueda tramitar y resolver de mejor manera sus conflictos, retos y amenazas en pos del bienestar e interés de la sociedad cubana, de la que somos parte;
SÉPTIMA: De conformidad con el artículo tercero de la Constitución de la República de Cuba, la soberanía reside en el pueblo, del cual emana todo el poder del Estado; por lo que, como periodistas y parte de la sociedad, hacemos las siguientes declaraciones y exigencias en el ejercicio de esa soberanía y de nuestra voluntad libre, autónoma y colectiva.
DECLARACIONES:
PRIMERA: CONDENA. Rechazamos los ataques sistemáticos a la libertad de prensa y expresión en contra de varios periodistas por parte de las propias autoridades: sufrimos detenciones ilegales por largos y/o cortos períodos de tiempo; somos condenados a prisión, sometidos a interrogatorios y a técnicas de tortura sicológica; nuestros domicilios han sido allanados; se nos prohíbe salir del país; padecemos constante acoso, provocaciones y decomisos de los medios de trabajo, entre otras acciones.
SEGUNDA: LEGALIZACIÓN. Solicitamos que las autoridades cubanas otorguen carácter legal al ejercicio periodístico en el país y a los medios de comunicación independientes, no estatales.
TERCERA: DEROGACIÓN DE LEYES. Exigimos la derogación de toda ley, acto administrativo, decreto, resolución y norma que coarte la libertad de expresión o de prensa de cualquier periodista y medio de comunicación.
CUARTA: DERECHO A INFORMAR. Demandamos para todas las personas cubanas el derecho a informar y a recibir información veraz y objetiva; la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones; la libertad de fundar medios masivos de comunicación; la prohibición expresa de todas las formas de censura y la protección legal de las fuentes de información.
QUINTA: TRANSPARENCIA. Exigimos al gobierno poner a disposición de la ciudadanía y los periodistas toda la información generada por sus diversas instancias y ramas del poder, incluyendo datos abiertos, gratuitos, integrales, oportunos, permanentes y primarios que faciliten la fiscalización ciudadana de su gestión. También exigimos que impida, efectivamente, la censura previa, las restricciones a la circulación de contenidos de los medios, la imposición arbitraria de información, los obstáculos contra el libre flujo informativo y las limitaciones al libre ejercicio y movilización de los periodistas.
SEXTA: PROTECCIÓN. Demandamos que las autoridades prohíban las detenciones ilegales, presiones, uso y ejercicio de cualquier herramienta, mecanismo, modalidad de chantaje y coerción en contra de periodistas, en razón de los temas que investigan, lo que piensan, dicen y publican; y que incluyen, pero que no están limitadas a: las condenas a prisión, las detenciones temporales, los allanamientos de morada, las prohibiciones de salida del país o ingreso, la tortura sicológica, la destrucción o decomiso de sus materiales de trabajo, cualquier tipo de violencia o acto intimidatorio que coarte la libertad de expresión, pensamiento, conciencia y de prensa. También exigimos que se castigue a quien incumpla este deber de protección.
SÉPTIMA: NO DISCRIMINACIÓN. Exigimos que las autoridades prohíban la discriminación a periodistas y medios de comunicación por motivos de su ejercicio periodístico.
OCTAVA: COMPROMISO. Periodistas y medios no estatales e independientes nos comprometemos ante la sociedad cubana a ejercer el oficio del periodismo con apego a la verdad y a la búsqueda de los hechos de interés público; a adoptar mecanismos internos que garanticen la verificación y precisión de nuestra información, así como la objetividad, imparcialidad y equidad; y a establecer una clara diferenciación entre información, opinión y mensajes comerciales. El logro de estos fines y la observancia de los valores éticos y profesionales no deben ser impuestos y son responsabilidad exclusiva de periodistas y medios.
FIRMAN:
Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP)
La Habana, Cuba, 7 de octubre de 2019
Una iniciativa imprescindible para potenciar la democratización de Cuba y un magnífico ejemplo de consenso por parte de los medios de prensa independiente.
Nunca éstas explicaciones, descripciónes, exigencias fueron más necesarias de exponer, porque están explicando por si solas las carencias que padecen los periodistas de la isla y además aproxima al lector una pregunta:
Si tratan a la prensa de ésta manera descrita… como será el tratamiento que le toca resivir a los opositores en la soledad de los calabozos?