#PonganLaCorrientePinga: corte de internet y muchos apagones en Cuba

 Ilustración: Alejandro Cañer

Un nuevo apagón de internet ocurrió en Cuba el 16 de junio. Todo comenzó a la 1 y 15 de la mañana. A partir de ese instante, varios usuarios notaron que su conexión por datos móviles no funcionaba. Cuando se estabilizó el servicio, momentos más tarde, algunos informaron en Twitter de esta situación a través de sus cuentas personales. Hasta el día de hoy ETECSA, la única empresa de telecomunicaciones permitida en el país, no ha dado explicaciones al respecto.

Esta caída en el servicio fue confirmada también por Doug Madory, director de análisis de Kentik, una empresa de operadores, desarrolladores y analistas de redes y servicios en la web. En el siguiente gráfico se puede observar el comportamiento del tráfico de internet proveniente de la isla en el horario mencionado.

 

La interrupción del servicio sucedió luego de que en Manzanillo, en la provincia de Granma, y en dos residencias universitarias de Pinar del Río y Camagüey, las personas salieran a protestar ante la constante falta de electricidad, algo que les impide realizar actividades básicas como estudiar, dormir y en algunos casos cocinar. La manifestación en la beca de la Universidad de Camagüey, el día 15, se hizo viral en internet. En videos disponibles en redes sociales se ve a los estudiantes pidiendo “agua y corriente” y gritando “¡pongan la corriente, pinga!”.

En la noche del día siguiente fue el turno de Manzanillo y de los becados en una escuela de formadores de maestros en Pinar del Río. Esta última protesta fue rápidamente sofocada de acuerdo con los propios jóvenes que enviaron la denuncia, por lo que no ganó la misma relevancia que las dos anteriores.

La programación de apagones en Cuba era algo común durante los años 90, cuando la crisis del período especial. Sin embargo, algo que parecía cosa del pasado ha vuelto a estar presente en muchos hogares cubanos en los últimos años, especialmente en los del interior del país. La programación de los cortes de luz que se comparte en Facebook y Twitter informa de afectaciones del servicio de hasta 14 horas en algunos lugares.

La falta de energía eléctrica fue uno de los detonantes que llevaron a los estudiantes y a los ciudadanos de Manzanillo a manifestarse. En los dos casos más virales, luego de que acabaron las protestas, fue restablecida la corriente.

La respuesta de las autoridades fue reforzar la vigilancia policial en la ciudad de Camagüey al día siguiente y convocar a varios actos propagandísticos en centros de educación superior. Durante los apagones, ciudadanos que hasta el momento permanecen en el anonimato aprovecharon la falta de luz para pintar carteles contra el gobierno en distintos sitios de la isla.

En un intento de posicionar la etiqueta #CubaPorLaPaz en redes sociales, y como respuesta a etiquetas que utilizan usuarios críticos con el poder como #SOSCuba y #PonganLaCorrientePinga, el régimen dio instrucciones a sus troles en internet a compartir propaganda gubernamental y a decir que la situación está en calma, algo que hicieron cuando pusieron la luz a los becados de la Universidad de Camagüey y en los días posteriores a las históricas protestas del 11 de julio. Según el observatorio venezolano ProBox, que se encarga de monitorear y analizar debates políticos a través de las tendencias en Twitter, la sociedad civil cubana ha logrado sumar más de 32 mil mensajes denunciando los apagones y visibilizando el caso de Amelia Calzadilla.

De apagones eléctricos a apagones de internet

Ante la molestia general causada por la escasez, la falta de libertades y de energía eléctrica y el historial del gobierno cubano, algunas personas han relacionado el apagón de internet de la madrugada del 16 de junio con un acto de censura premeditado de las autoridades.

No sería la primera vez que ocurre algo parecido. En octubre de 2020, de acuerdo a un informe de la ONG Access Now, el estado cubano bloqueó el acceso a la red Telegram y a varias VPNs. El bloqueo a esas plataformas no fue fortuito. Telegram, por ejemplo, es una de las vías usadas por los cubanos para acceder a contenidos considerados incómodos por el gobierno. La posibilidad de leer textos sin salir de la aplicación es una forma de esquivar la censura.

Un mes más tarde, en la noche del 26 de noviembre de 2020, usuarios denunciaron que no podían entrar a redes sociales como Facebook e Instagram durante los minutos que duró el desalojo violento de los huelguistas que estaban acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro. Esta interrupción del servicio fue confirmada luego por el observatorio de internet Netblocks.

El objetivo del gobierno era frenar el apoyo ciudadano a la concentración frente al Ministerio de Cultura de artistas e intelectuales que más tarde formarían el grupo 27N. En segundo lugar, la censura intentó evitar la divulgación de los métodos de represión a los que fueron sometidos en días posteriores buena parte de los protagonistas de la protesta. 

Ya en 2021 continuaron estos apagones de internet. El primero del año tuvo lugar el 27 de enero, cuando nuevamente periodistas, artistas y activistas se dieron cita en el Ministerio de Cultura para exigir libertad de expresión y creación.

Unos días más tarde, el 12 de febrero, otra caída de aproximadamente 3 horas comenzó cerca de las 12 del mediodía. Lo curioso de esa ocasión fue que ETECSA dio explicaciones de lo sucedido y se disculpó alegando problemas técnicos que afectaron, además del servicio de datos móviles, a las llamadas y a los SMS.

Luego de este hubo tres breves apagones en junio —de comportamiento similar al de febrero— y después vino el corte masivo de internet del 11 de julio, mediante el cual las autoridades gubernamentales pretendían ocultar las imágenes de la violencia ejercida contra manifestantes pacíficos y entorpecer la organización de quienes protestaban.

Dos días después, en una conferencia de prensa Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, insinuó vagamente que la culpa del apagón de internet la tenían los apagones eléctricos que ya desde esa fecha afectaban a la población. Sin embargo, esto que argumentó Rodríguez Parrilla es algo imposible: solo un apagón generalizado de electricidad y fallos en los generadores de respaldo de ETECSA podrían causar un corte de esa magnitud.

El mismo día de la conferencia de prensa del ministro, la periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet contradijo las justificaciones de Parrilla. “Entiendo como periodista, aunque me dañe, la medida del corte de las redes sociales porque es un área donde se está organizando la guerra contra Cuba (…) Nuestra gente comprenderá, con el tema de las redes sociales, que se toma una medida soberana” dijo aquella vez.

Desde hace algunos meses, clientes de ETECSA han reportado una drástica disminución de la velocidad de conexión, mayormente en el horario nocturno. Al igual que en ocasiones anteriores la ciudadanía le pidió explicaciones a la compañía, que aún no se ha pronunciado al respecto.

La poca inversión en infraestructura, la censura y el malestar de las personas en Cuba ante la crisis política y económica que vive el país hacen pensar que la del 16 de junio no será la última de las caídas de internet que se vivan en la isla en los próximos meses.

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