Ilustración: Carmen Barruecos
Mientras Cuba enfrenta una crisis económica sin precedentes y su población lidia con apagones, escasez de alimentos y restricciones al acceso a internet, el régimen apuesta por una estrategia de inteligencia artificial (IA) que, más que para lograr el desarrollo en este sector, parece diseñada para reforzar el control estatal. Bajo el discurso de modernización tecnológica, el Gobierno ha anunciado una serie de proyectos en sectores como la administración pública, la producción y la seguridad, pero sin garantías de transparencia ni acceso equitativo.
Este modelo de digitalización con sesgo autoritario no es exclusivo de Cuba. Regímenes como Venezuela y Nicaragua han implementado estrategias similares, utilizando la IA y otras tecnologías para censurar contenido crítico, vigilar la actividad en redes sociales y desarticular movimientos opositores. En el caso cubano, la estrecha cooperación con China y Rusia refleja que el desarrollo de la IA está orientado a la manipulación informativa y la vigilancia masiva, más que a una verdadera transformación digital.
Más allá de sus limitaciones tecnológicas y la precariedad del acceso a internet en la Isla, la implementación de la IA plantea interrogantes éticas y sociales: ¿es realmente un esfuerzo por impulsar la innovación o una herramienta más para la censura y el control?
La estrategia de inteligencia artificial en Cuba
Desde 2023, el Gobierno cubano promueve una estrategia de IA como parte de su plan de transformación digital. En febrero de ese año, el gobernante Miguel Díaz-Canel anunció la elaboración de esta iniciativa. Dos meses después, durante el Consejo Nacional de Innovación, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, subrayó la necesidad de formar capital humano especializado en big data e IA.
En mayo de 2024, el Consejo de Ministros aprobó oficialmente esta estrategia, liderada por el Ministerio de Comunicaciones (MINCOM) con la colaboración de instituciones académicas como la Universidad de Camagüey y el Ministerio de Educación Superior (MES). La estrategia se centra en seis ejes: ética, capital humano, aplicaciones, administración pública, innovación y comunicación.
Programas y aplicaciones anunciadas
Durante la XIX Convención y Feria Internacional Informática, celebrada en marzo de 2024, se anunciaron 18 programas nacionales relacionados con la IA y enfocados en sectores como energía, transporte, salud y educación. Estos incluían iniciativas en robótica, telecomunicaciones, neurociencias y logística, así como proyectos destinados a la sostenibilidad energética y la informatización de la sociedad.
Empresas como BioCubaFarma, Datys y GeoCuba participan en supuestos planes vinculados a la bioinformática, la videovigilancia y la agricultura de precisión. Sin embargo, no se han detallado proyectos específicos ni se han mostrado resultados tangibles que justifiquen estas afirmaciones.
BRasa y BR Intelligent
Según la información oficial, BRasa es un innovador sistema conversacional desarrollado por el equipo de la Estrategia de Desarrollo de la IA (IADES), diseñado para optimizar la gestión empresarial y el comercio electrónico. Su integración con plataformas como EnZona y Business Redmine mejora procesos y facilita el desarrollo de nuevos sistemas conversacionales.
BR Intelligent, desarrollado también por IADES, es una plataforma diseñada para el análisis avanzado de datos y la automatización de decisiones empresariales. Se integra con BRasa y utiliza recursos en la nube para garantizar un acceso eficiente a datos, automatizar servicios de atención al cliente y optimizar la gestión de proyectos.
Plataformia: el primer asistente de IA generativa en Cuba
Plataformia, desarrollado por la empresa estatal Avangenio, perteneciente al Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC) y la CUJAE, es el primer asistente de inteligencia artificial generativa en Cuba. Ofrece servicios como corrección ortográfica, traducción y análisis de datos. A pesar de su innovación, los elevados costos y la limitada infraestructura tecnológica restringen su uso a una minoría. Además, su integración exclusiva con Transfermóvil refuerza el control gubernamental.
Alic.IA: asistente legal basado en IA
En enero de 2025, durante un intercambio entre Díaz-Canel y expertos, se presentó Alic.IA, un asistente legal interactivo basado en inteligencia artificial.
Diseñado para apoyar a profesionales del Derecho, y en fase de prueba desde septiembre de 2024 en Cienfuegos, Alic.IA utiliza la legislación cubana, jurisprudencia y doctrina para responder consultas legales. Aunque promete mejorar la eficiencia jurídica, también genera preocupación debido al historial del régimen cubano de manipular la ley para reprimir.
Aplicaciones sectoriales
Construcción: La empresa Aicros desarrolló aiBIMPro, una herramienta para optimizar la gestión de recursos en edificaciones.
Deporte: Proyectos como Strike Zone y CompuBox C1 destacan en el monitoreo deportivo, pero su impacto es reducido debido a la falta de infraestructura.
Turismo: El sistema ZUNpms automatiza procesos operativos en hoteles, aunque enfrenta barreras derivadas de la conectividad limitada.
Educación: En colaboración con República Dominicana, Cuba impulsa proyectos educativos mediante tecnologías de la información y la comunicación (TICS). Sin embargo, el acceso desigual limita su alcance.
Retos estructurales y contradicciones
El Gobierno cubano asegura haber desarrollado más de 2.200 investigaciones académicas relacionadas con inteligencia artificial y contar con un número significativo de profesionales capacitados. Entre los avances citados se encuentran la detección temprana de enfermedades, plataformas biométricas para el control fronterizo y sistemas inteligentes para la producción alimentaria. Sin embargo, estas proclamaciones contrastan con una realidad marcada por la obsolescencia tecnológica, una infraestructura digital insuficiente y un acceso desigual a internet que limita el impacto de dichos proyectos y chocan con una crisis económica en medio de la cual la población lucha por satisfacer necesidades básicas relacionadas con la alimentación y la salud.
Según Yailé Caballero Mota, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Camagüey y funcionaria estrechamente ligada a la estrategia oficial cubana para desarrollar la IA, muchos empresarios y directivos no perciben la utilidad de esta herramienta.
Además, la falta de políticas claras para la gestión de datos agrava el panorama, mientras el discurso oficial carece de detalles concretos o planes realistas.
Estas contradicciones no solo afectan el desarrollo interno, sino que también se reflejan en el bajo desempeño de Cuba en evaluaciones internacionales, como el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024). De acuerdo con este índice, el país ocupa el puesto 15 de 19 países evaluados, dentro de la categoría más baja, denominada «exploradores». Con un puntaje de 30,50 sobre 100, Cuba muestra un ecosistema de datos extremadamente limitado, y en términos de talento humano, apenas alcanza los 29,11 puntos debido a las dificultades para formar y retener especialistas. Estos resultados confirman que los avances proclamados no se traducen en mejoras significativas ni en un impacto tangible dentro del país.
Estas aspiraciones generan críticas y resultan contradictorias debido al uso recurrente de la tecnología por parte del Gobierno cubano para la vigilancia y la censura.
SocIA, inteligencia artificial para un país desconectado
En este mismo escenario, y como parte de su discurso de soberanía tecnológica, el régimen cubano ha presentado una nueva apuesta en materia de inteligencia artificial: SocIA, una plataforma nacional desarrollada por la empresa estatal Avangenio. El anuncio se realizó el pasado 27 de marzo, durante un acto oficial en el hotel Meliá Cohiba de La Habana y fue difundido por medios oficiales como Cubadebate.
Con una narrativa centrada en la “soberanía tecnológica”, las autoridades del sector han defendido el proyecto como un paso significativo hacia la transformación digital del país. Ariadne Plascencia Castro, presidenta del GEIC, aseguró que se trata de “una plataforma soberana, generada desde Cuba, para brindar soluciones de inteligencia artificial, tan necesarias en esta etapa para el país”.
Sin embargo, la presentación de SocIA ha despertado más interrogantes que entusiasmo. En un país donde escasean los recursos básicos y donde las condiciones tecnológicas son notablemente limitadas, la viabilidad de una plataforma de esta magnitud resulta, cuanto menos, cuestionable.
Según explicó Alain Abel Garófalo, líder de estrategia de IA en Avangenio, SocIA surge como una alternativa ante herramientas internacionales que, debido a restricciones de acceso o sanciones, no están disponibles para el empresariado cubano. “Si las empresas cubanas no adoptan inteligencia artificial generativa de forma acelerada, sencillamente vamos a salir completamente de la posibilidad de participar del mercado global”, afirmó el directivo en un video compartido por Cubadebate en redes sociales.
¿Qué promete SocIA?
Entre las funcionalidades que ofrece la plataforma se mencionan la generación automática de tareas programables, el análisis de datos en tiempo real y la redacción personalizada de correos electrónicos. También se ha destacado una interfaz versátil que permitiría a los usuarios compartir información en diversos formatos y crear bases de conocimiento adaptadas a sus necesidades específicas.
Además, SocIA estaría disponible en tres modalidades de suscripción: Básico, Team y Enterprise. No obstante, los responsables del proyecto no ofrecieron detalles sobre los costos de estos planes ni sobre la estrategia para garantizar un acceso equitativo a la herramienta.
Dudas estructurales y propagandísticas
A pesar de los esfuerzos del régimen por proyectar una imagen de modernización tecnológica, muchos expertos y ciudadanos se preguntan si iniciativas como SocIA podrán trascender el discurso oficial y convertirse en soluciones reales con impacto tangible.
La limitada infraestructura tecnológica, sumada a las dificultades en el acceso a internet, la obsolescencia de muchos equipos y la fuga constante de talento profesional, hacen difícil imaginar que SocIA logre mantenerse operativa y actualizada a largo plazo.
Aunque durante la presentación se discutieron posibles aplicaciones científicas, académicas y culturales, persiste la sospecha de que la plataforma pueda quedar como una vitrina propagandística más que como una herramienta funcional.
En definitiva, mientras el Gobierno cubano insiste en mostrar avances tecnológicos como símbolos de resiliencia e innovación, la población sigue enfrentando una realidad marcada por carencias básicas. En este contexto, el lanzamiento de SocIA plantea una pregunta crucial: ¿es realmente un avance hacia el futuro o simplemente otro intento de encubrir el presente?
IA como herramienta de control y censura
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta estratégica para los regímenes autoritarios, al potenciar su capacidad de censura, vigilancia y manipulación de información. Su implementación facilita el análisis masivo de datos para identificar patrones de disidencia en tiempo real, permitiendo al Estado reaccionar con rapidez frente a críticas o movimientos opositores. Esto se traduce en acciones como el bloqueo automático de contenido crítico, la supresión de etiquetas vinculadas a la disidencia y la censura digital selectiva.
Los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua comparten estrategias clave de manipulación digital para consolidar su poder. En diálogo con YucaByte, María Virginia Marín, directora ejecutiva del Observatorio Digital ProvoxVe, señaló entre las similitudes más notables el uso de campañas de desinformación automatizadas, apoyadas en tecnologías que crean y amplifican contenido favorable a estos regímenes mientras desacreditan a las voces críticas.
“Otra estrategia común es el control absoluto de las telecomunicaciones, que permite bloquear plataformas digitales, filtrar contenido crítico y limitar el acceso a Internet durante momentos de protesta o crisis política. Este control incluye el uso de algoritmos para filtrar automáticamente publicaciones o restringir palabras clave en tiempo real”, explica laespecialista.
En contextos donde el Estado controla las telecomunicaciones, estas capacidades “han demostrado ser un recurso eficaz para desarticular protestas y vigilar a líderes de opinión, utilizando tecnologías como el reconocimiento facial y el análisis de redes sociales”.
Además, los regímenes autoritarios implementan “sistemas de recolección de datos personales, como registros digitales vinculados a servicios públicos o programas sociales, que luego son procesados para identificar y vigilar a opositores”. Estas prácticas, destaca Marín, son posibles gracias al acceso privilegiado a infraestructuras tecnológicas y la cooperación con países que exportan modelos de control digital autoritario, como China y Rusia.
Cuba y China: Inteligencia artificial y cooperación en censura digital
La colaboración entre Cuba y China en inteligencia artificial, censura y control del ciberespacio refleja una alineación estratégica entre dos gobiernos autoritarios. China, conocida por su estricta regulación de internet, ha compartido su experiencia con el régimen cubano, que busca fortalecer sus capacidades de monitoreo y censura.
Desde 2014, ambos países han suscrito acuerdos sobre ciberseguridad e informatización. Un momento clave tuvo lugar en 2019, cuando Wilfredo González Vidal, viceprimer ministro de Comunicaciones de Cuba, visitó China y destacó la ciberseguridad como un pilar del desarrollo cubano. Durante esa visita, González Vidal coincidió con Fang Binxing, creador del «Gran Cortafuegos» chino, una herramienta diseñada para filtrar contenidos y bloquear plataformas como Facebook y Google.
En junio de 2022, la Administración del Ciberespacio de China, organismo encargado de la regulación de la información y la vigilancia en las redes, presentó un proyecto de ley destinado a endurecer aún más el control sobre las plataformas digitales. Esta normativa exige que todas las redes sociales y plataformas de video revisen previamente los comentarios de los usuarios antes de su publicación y obliga a las empresas a contar con equipos de moderadores especializados para supervisar el contenido. Además, establece sanciones y posibles suspensiones del servicio para quienes incumplan estas normativas.
Este modelo ha convertido a China en un socio estratégico del régimen cubano, que adapta herramientas similares para restringir el acceso a la información y reforzar su control social. Estas medidas se han consolidado a través de acuerdos bilaterales que fortalecen la cooperación en ciberseguridad. En abril de 2023, la relación se afianzó con la firma de un nuevo convenio de ciberseguridad entre altos funcionarios de las dos naciones, incluidos Jorge Luis Perdomo, viceprimer ministro cubano de Comunicaciones, y Mayra Arevich. Como resultado, el régimen cubano ha implementado medidas como el bloqueo de sitios web independientes, la restricción del acceso a internet durante protestas sociales y la instalación de sistemas de vigilancia masiva.
En 2023 se inauguró el Instituto Internacional de Investigaciones en Inteligencia Artificial, anunciado en 2019 y desarrollado en colaboración entre la Universidad de Estudios Internacionales de Hebei (UEIH) y la Universidad de Camagüey (UC). Este instituto cuenta con infraestructura avanzada, como una estación de red 5G, un cerebro inteligente para computación de alto rendimiento y un centro de big data. Según Yailé Caballero Mota, la iniciativa busca promover el desarrollo social a través de la IA en áreas como biotecnología, biomedicina, medio ambiente, energía renovable, agricultura de precisión e industria 4.0. Sin embargo, la falta de transparencia sobre el uso de estas tecnologías en Cuba genera dudas sobre su verdadero propósito y si su aplicación podría extenderse al control digital.
El uso de la inteligencia artificial en China trasciende el desarrollo social. Bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh), el país ha invertido masivamente en IA como herramienta para fortalecer el control social y expandir su influencia global. Investigaciones de YucaByte revelan cómo empresas chinas, como Huawei, han desempeñado un papel clave en la infraestructura de telecomunicaciones en Cuba. Estas colaboraciones incluyen el uso de código chino en sistemas cubanos, tecnología para bloquear sitios web independientes y herramientas como eSight, utilizadas para gestionar y censurar contenidos. Un informe del Observatorio Abierto de Interferencia en la Red (OONI), publicado en 2017, ya vinculaba a Huawei con el sistema de censura en Cuba al subrayar la creciente dependencia tecnológica de la Isla hacia China.
A comienzos de este año, DeepSeek, una startup china de inteligencia artificial, ganó atención global con su modelo de lenguaje de código abierto, DeepSeek-V2, que cuenta con 236.000 millones de parámetros y un enfoque multilingüe, aunque priorizando el chino. Sin embargo, ha generado preocupaciones por su censura y sesgo ideológico, ya que evita responder sobre temas sensibles para el Gobierno chino, como Tiananmen o los uigures. Busca competir con modelos occidentales como OpenAI, pero opera bajo estrictas regulaciones chinas, lo que plantea dudas sobre su objetividad.
Dado el contexto de colaboración tecnológica entre los gobiernos de Cuba y China, surge la interrogante de si herramientas como DeepSeek-V2 podrían integrarse en el ecosistema digital cubano, reforzando aún más la censura y la manipulación informativa.
Cuba y Rusia: IA y vigilancia
La cooperación tecnológica con Rusia también se ha intensificado en los últimos años, tiempo en el que se ha enfocado en la formación en tecnologías digitales y el suministro de herramientas avanzadas de vigilancia. El Gobierno cubano ha hallado en Rusia un aliado estratégico para ampliar sus herramientas de vigilancia social.
Empresas como Rostec e IRKOS han proporcionado sistemas de reconocimiento facial y monitoreo digital que refuerzan el control estatal en Cuba.
En noviembre de 2023, la oficialista Unión de Informáticos de Cuba firmó un acuerdo con entidades rusas para capacitar talento en tecnologías digitales el cual reforzó esta alianza.
En este contexto, la participación de Cuba en la AI Alliance Network de los BRICS+, formalizada en diciembre de 2024, refuerza su alineación estratégica con Rusia y China. Aunque simbólica porque las capacidades tecnológicas de la Isla son limitadas, esta membresía ofrece al régimen la oportunidad de proyectar una imagen de modernización tecnológica y relevancia internacional.
Según Sberbank, el principal banco de Rusia y líder en el desarrollo de inteligencia artificial en ese país, la alianza fomentará la investigación conjunta en áreas como la regulación y el desarrollo de tecnología de IA, además de abrir mercados para la comercialización de productos de inteligencia artificial entre los países miembros. Tres semanas después de que Vladímir Putin anunciara que Rusia se asociaría con los socios BRICS y otros países para desarrollar la inteligencia artificial, ordenó a su gobierno y a Sberbank desarrollar la cooperación con China en esta materia.
La inteligencia artificial en la manipulación informativa
En el caso de Cuba, aunque la infraestructura tecnológica es más limitada, la IA amplifica la capacidad estatal para analizar grandes volúmenes de datos, monitorear redes sociales, identificar patrones de protesta y silenciar voces disidentes. Este control se refuerza con censura automatizada y desinformación dirigida, perfeccionando así las tácticas autoritarias para mantener un control absoluto sobre la sociedad.
En diciembre de 2024, la visita a Cuba de las académicas chinas Zhang Yanqiu y Ge Yanling evidenció cómo la IA podía emplearse para contrarrestar campañas de «descrédito» promovidas por potencias occidentales, según la narrativa oficial cubana.
Organizada por el Instituto de Información y Comunicación Social (IICS), la visita subrayó el interés del régimen en replicar el modelo chino, que combina la automatización de procesos editoriales con la segmentación de audiencias para reforzar su discurso.
En este sentido, la IA no solo permite filtrar información, sino también generar y amplificar narrativas alineadas con los intereses del Estado. Según María Virginia Marín, “la inteligencia artificial también permite perfeccionar campañas de desinformación mediante el uso de microsegmentación y la personalización de mensajes basados en datos personales, muchas veces obtenidos de forma no consentida”.
Con ello no solo se fortalecen las narrativas oficiales, sino que se fomenta la desconfianza y la fragmentación dentro de la oposición, reforzando así el control estatal sobre el entorno informativo.
La compañía estadounidense de ciberseguridad Mandiant, asociada a Google, ha identificado un aumento en el uso de IA en campañas de manipulación informativa, promovidas por gobiernos como el cubano, el ruso y el chino. En 2023, Mandiant reveló que sus investigadores habían detectado contenido generado por IA, como imágenes de perfil falsas, utilizado en estrategias de influencia con fines políticos.
El Gobierno cubano manipula el debate público en internet mediante propaganda y desinformación para controlar la narrativa en redes sociales e influir en la opinión pública. Entre sus tácticas, sancionables, destacan los troles de internet, conocidos como «ciberclarias«, y los bots, programas diseñados para automatizar la difusión de contenido y amplificar las narrativas del oficialismo.
Los troles, generalmente anónimos, publican mensajes provocadores o agresivos para generar malestar. En Cuba, operan en torno a cuentas oficiales de funcionarios, instituciones y figuras gubernamentales, con el objetivo de multiplicar la propaganda estatal, atacar a opositores y silenciar disidentes.
Además de compartir contenido gubernamental, estos usuarios crean grupos y espacios en redes sociales para difundir propaganda y organizar ataques contra críticos del régimen. Activistas y ciudadanos cubanos han denunciado ciberacoso y amenazas en línea por parte de estas cuentas. Otra táctica recurrente es la exposición pública de personas en redes sociales, utilizada como herramienta de intimidación y descrédito.
El Gobierno cubano también emplea bots. Estos perfiles replican un mismo mensaje cientos de veces, generando la percepción de un respaldo masivo a la propaganda oficial.
Las plataformas tecnológicas han tomado medidas contra estas prácticas. En octubre de 2020, Twitter suspendió 526 cuentas vinculadas al oficialismo, en su mayoría de la FEU y la UJC. En octubre de 2022, Facebook eliminó múltiples perfiles oficiales que se encargaban de difundir propaganda gubernamental y que acosaban y difamaban a activistas, artistas y periodistas independientes, mientras que X y YouTube comenzaron a etiquetar medios estatales, incluidos los cubanos, con advertencias como «medio afiliado al gobierno» o «financiado parcial o totalmente por el Estado», con el fin de garantizar mayor transparencia sobre el origen de la información.
Las alianzas de Cuba con China y Rusia en IA han consolidado un modelo autoritario que restringe la libertad de expresión y refuerza la censura y la vigilancia digital. Mientras China aporta infraestructura y herramientas de control, Rusia complementa con sistemas de monitoreo y transferencia tecnológica, ampliando la capacidad del régimen cubano para manipular el ecosistema informativo.
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta clave para automatizar la represión, perfeccionar la propaganda y vigilar a la disidencia. Frente a esta realidad, el uso de la IA con fines de control estatal representa una amenaza creciente, no solo para Cuba, sino para cualquier sociedad donde el autoritarismo busque sofisticar sus mecanismos de represión.