Al régimen cubano le molestan las cuentas parodias en Twitter

Ilustración: Alejandro Cañer

El pasado 4 de enero, la Aduana General de la República de Cuba sorprendió con un tuit contra las cuentas en esta red social que parodian su institución, así como a otros organismos y funcionarios del régimen cubano. Según la publicación, las llamadas “cuentas parodias” son financiadas por el Gobierno de Estados Unidos y “la mafia”. El texto no tardó en despertar la burla de varios usuarios.

No es la primera vez que desde el Gobierno cubano se ataca las cuentas parodias de Twitter alegando teorías conspirativas. En 2020, por ejemplo, el medio oficial Cubahora publicó un texto en el que acusa a Twitter de permitir cuentas parodias a la vez que se despreocupaba de certificar las cuentas de ministros y ministerios cubanos. El artículo, además, culpa a esta empresa de permitir la suplantación de identidad y el acoso virtual al “activismo revolucionario”, así como de la suspensión de cuentas asociadas al Gobierno cubano en momentos de “alto valor informativo”. Al igual que la Aduana General de la República, Cubahora responsabilizó a “las agencias de Estados Unidos” de estar tras estos supuestos hechos

Este tipo de acusaciones contra Twitter también han sido realizadas por funcionarios como la ministra de Educación, Ana Elsa Velázquez, y la viceprimera ministra, Inés María Chapman. De hecho, en abril de 2021 Chapman denunció por usurpación de identidad a una cuenta en la red social que la parodiaba. A la denuncia se sumaron los embajadores de Cuba en Holanda, Portugal y Costa Rica, al igual que la cuenta oficial de la Presidencia de Cuba.

Otros ministros y ministerios cubanos se toman muy a pecho las publicaciones de cuentas parodias. Ejemplo de ello es la ministra de Educación, Ana Elsa Velázquez.

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En realidad, son pocas las figuras e instituciones políticas oficiales que en Cuba escapan de tener una cuenta parodia: desde Miguel Díaz-Canel, hasta el Ministerio de Justicia o el empresario cubanoamericano Hugo Cancio. Sin embargo, este no es un fenómeno exclusivo en la Isla. Figuras políticas internacionales como el ex presidente estadounidense Donald Trump o el dictador norcoreano Kim Jong-un cuentan con varias, algunas con casi un millón de seguidores.

No obstante, es posible que algunos usuarios se confundan en ocasiones y crean que estas cuentas son reales. En 2019, por ejemplo, muchos creyeron que el presidente español Pedro Sánchez se había posicionado en favor de las protestas violentas ocurridas ese año en Barcelona. La causa de esta confusión estuvo fue una cuenta parodia del político, la cual tuiteaba, supuestamente a su nombre, de manera completamente contraria a los pronunciamientos oficiales de La Moncloa.

A diferencia de los funcionarios del régimen cubano, Sánchez no protestó por este hecho. Los ciudadanos que cayeron en la broma lo hicieron por su propia irresponsabilidad, al no darse cuenta de que se trataba de una parodia. Legalmente, las personas detrás de aquellos tuits se encontraban respaldadas por las mismas normas comunitarias de Twitter. En esta red social se condenan hechos como la publicación de mensajes de odio y la usurpación de identidad, pero no el humor.

Las normas comunitarias de Twitter permiten la existencia de cuentas parodias, aunque tiene reglas muy claras de cuáles son sus límites. Dichas cuentas no pueden tener vínculos con los usuarios de los que se burlan. Además, en su biografía o en sus cuentas deben declarar explícitamente que se trata de una parodia.

De tal forma, cuando la Aduana General de la República protesta por ser objeto de burla en Twitter, lo hace sin respaldo ni argumento legal alguno, pues en la biografía de la cuenta que la parodia puede leerse:

“Página meramente de Parodia, cualquier pregunta, duda o aclaración es tu problema. Vamos a coger pa eso a estos corruptos”.

La victimización de las instituciones, funcionarios y medios oficiales del régimen cubano esconde el hecho de que, en la realidad, las víctimas son otros. Desde la llegada de los datos móviles al país –incluso, de antes- son los activistas y periodistas independientes cubanos quienes sufren hackeos, suplantación de identidad y ciberacoso en redes sociales desde perfiles falsos. A estas prácticas comunes del régimen se suman los cortes generales de internet y los cortes selectivos, realizados específicamente por la Seguridad del Estado y ETECSA, el monopolio estatal de las telecomunicaciones en la Isla.  

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