Anel Perdomo: Lo que menos extraño es lidiar con la doble moral del gobierno cubano

Ilustración: Carmen Barruecos

Recuerdo cuando Anel entró a la Escuela Nacional de Arte (ENA). Venía de haber cursado el nivel elemental de Danza en la Escuela Vocacional de Arte “Raúl Gómez García”, de Holguín. Un poco tímida y distante, como suele ocurrir con los que llegamos de provincia a una escuela de artes de la capital, pero con una fuerza interior muy poderosa y cautivadora. 

Nunca tuve el privilegio de verla actuar en ejercicios de clase o en el teatro, pero tuve la oportunidad de convencerme de su talento cuando protagonizó el cortometraje Oculta, tesis de graduación de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) de la también actriz Jessica Franca. En el metraje, Anel interpreta a María, una joven cubana becada que descubre que está embarazada y tiene que navegar por ese proceso en el contexto de una escuela cubana. 

Con el paso de los años, y a través de las redes sociales, supe que Anel continuaba haciendo teatro, como parte de La Montaña, un grupo que dirige Jazz Martínez Gamboa, y en el cual interpretó importantes obras como Ricardo III, Personas, lugares y cosas, Equus y Medea

Anel también es una de las protagonistas juveniles de la popular teleserie Calendario, dirigida por Magda González Grau, donde interpreta a Melissa, una joven de secundaria que vende de todo en la escuela para sobreponerse a la precariedad económica de su familia. Verla en pantalla, partiendo de una sinceridad absoluta para abordar cualquiera de los personajes que ha interpretado en su corta, pero ya abundante carrera, es un privilegio maravilloso para quienes la seguimos.

―¿Quién es Anel Perdomo? 

―Esta pregunta es muy difícil de responder: no puedo encontrar las palabras exactas para definirme, pero me acerco si digo que soy una persona pasional, y eso aplica a todo en mi vida. A lo mejor por eso soy actriz.

―¿Cuál es el recuerdo más lindo de tu infancia?

―La primera parte de mi niñez la viví en un campo de Ciego de Ávila. En la casa de mi bisabuelo había muchas plantas, matas de mamoncillo, de chirimoya, de tamarindo, una mata de flamboyán al frente de la casa. Era una casa antigua. En agosto, además de jugar todo el día ahí, mi tío tumbaba los mamoncillos de la mata y los vendíamos, a peso el mazo. Cuando terminamos de venderlos, después de quedarnos roncas pregonándolos, mi tío nos daba una parte de la venta y nos íbamos a comprar paleticas [de helado]. Ese es mi mejor recuerdo.

―¿Cómo llegaste a la teleserie Calendario

―Alfredo, el asistente de dirección de la serie, con quien había trabajado en mi primer teleplay me llamó para un casting. Estaban buscando a la actriz que iba a interpretar el personaje de Amalia, la maestra. Magda [González Grau, la directora], a quien conocía a través de Charlie Medina, se reunió con todas para hablar del personaje y del casting. Había excelentes actrices pero desde que me leí las líneas en mi casa supe que era para Clarita [García]. Todo en ese personaje es de ella. Fui al casting y aunque Magda estaba muy confiada en mi trabajo, le dije que faltaba una actriz (Clarita) y que debía esperar. Al otro día me llamó y me dijo que, en efecto, el personaje era de Clarita, pero quería que yo estuviera en la serie y me propuso a Melisa. 

―¿Cuál es la mayor lección que aprendiste de Melisa?

―Humildad y amor propio para saber valorar las cosas realmente importantes de la vida. 

―¿Qué retos enfrenta un actor cuando hace televisión en Cuba en estos tiempos? 

―Ufffff…. La lista es eterna. La falta de respeto a la hora de compensar económicamente tu trabajo, eso lo primero. Ya después la producción es pobre, muyyyy mala, pero es que no se esfuerzan para que sea mejor. (Las producciones independientes son mucho, pero mucho más consideradas y cuidadosas en ese sentido actualmente). Hay una cultura de “esto es lo que hay” que se ha apoderado de todo. Por no hablar de todo lo que tiene que ver con la censura y lo que es políticamente correcto dentro del ICRT [se refiere al extinto Instituto Cubano de Radio y Televisión, diluido actualmente en el Instituto de Información y Comunicación Social].

―¿Qué te motivó a salir de Cuba?

―Yo tenía años esperando un proceso de reunificación familiar que había puesto mi madre desde acá [Estados Unidos] y llegó justo en el momento en que más desgastada estaba. El único problema fue que estaba rodando la segunda temporada de Calendario y tenía que ir a Guyana a hacer la entrevista. Eso retrasó mi parte del rodaje porque lo que era un viaje de 15 días se convirtió en un viaje de dos meses.

―¿Por qué irte a Miami? 

―Mi mamá vive acá hace 12 años y mi papá hace siete. Más tarde o más temprano íbamos a estar aquí.

―¿Cuál ha sido tu mayor reto como inmigrante?

―Cuba es una burbuja. Tienes que hacer malabares ahí dentro, pero es tu casa, es tu idioma, tu gente, tu música. Aunque sabía que algún día tendría que venir, este no era mi sueño, yo no era de las personas que estaban locas por irse para El Yuma, esa no era mi meta. Cuando llegué aquí tenía a mi mamá y fue una gran alegría poder vernos después de tanto tiempo, pero no tenía nada más: mi trabajo, mi pareja, mi manera de vivir…eso estaba en Cuba. Esta vida es violenta, rápida, te obliga a estar demasiado pendiente del dinero, del carro. Eso me pasó mucha factura al principio. 

―¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de Miami? 

―Lo que menos me gusta de Miami es esa persecución constante al dinero. Lo artificial que pueden parecer algunas cosas. Me gusta todo lo demás: tienes lo básico para vivir, hay lugares para todo. No lo conozco todavía muy bien pero siento que hay para todos los gustos. 

―¿Qué es lo que más y lo que menos extrañas de Cuba? 

―Extraño mi familia, los amigos que me quedan, mi pareja. Lo que menos extraño es tener que lidiar con la doble moral de ese gobierno, los abusos y el estrés de la sobrevivencia.

―Las preguntas personales de Hansel:

Una película: Sueño de invierno, de Nury Bilge Ceylan.

Una canción: Palabras, por Gema Corredera.

Un libro: El extranjero, de Albert Camus.

Una ciudad: La Habana.

Un olor: El olor de mi abuela.

Un sabor: Los sabores cítricos.

Una persona: Mi hermana gemela.

Una red social: Instagram.

Un sueño: Hacer mucho cine independiente.

Un mensaje a los cubanos que están en la Isla: ¡Fuerza, amor y empatía!
Hansel Porras García (n. 1994) es un actor, escritor y cineasta queer cubano radicado en Miami. Sus obras exploran la multiculturalidad de la comunidad hispana de Miami, centrándose en la diáspora cubana y examinando temas como la inmigración, la familia y la identidad.
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5 pensamientos en “Anel Perdomo: Lo que menos extraño es lidiar con la doble moral del gobierno cubano

  1. Que entrevista tan linda , mis Felícitaciones . Anel es una niña sencilla y transparente con un talento increíble . Una persona bella por dentro y por fuera. Con mucho que dar todavía en las pantallas . Gracias por este regalo de entrevista !

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