El celular del chofer estaba de lado y sobre la pizarra de la guagua. Era un Alcatel. Uno de los más viejitos, aunque lucía nuevo, con una pantalla que cabe casi cuatro veces en la pantalla de cualquier smartphone de hoy, y un teclado alfanumérico, aquellos donde había que darle hasta tres veces a la tecla 3 para que saliera una letra i, por ejemplo. Un Alcatel One Touch 1052G.
Android a la cubana
Terminar un anuncio con esas dos palabras podría parecer descabellado, ingenuo y hasta bizarro, pero tenían sentido el 23 de septiembre de 2008. Ese día, desde California se liberaba la primera versión comercial de Android, el sistema operativo construido a partir de Linux y que en apenas una década llegaría a ocupar el 80% del mercado telefónico mundial, muy por encima de rivales como iOS y el ahora descontinuado Windows Phone. Sin embargo, esa expectación, si se vivió en Cuba, fue mínima, por no decir nula.