En 1994, la empresa canadiense Sherritt International Corporation y la cubana General Nickel Company fundaron Moa Nickel S.A. para la producción de sulfuro de níquel más cobalto. En las negociaciones, el Gobierno de Cuba otorgó un período de gracia de 10 años para cumplir con las leyes medioambientales vigentes.
Durante décadas, los pobladores de Moa han estado expuestos a las elevadas concentraciones de gases tóxicos en la atmósfera. En la actualidad, prácticamente la mitad de ellos padecen enfermedades respiratorias agudas, y tienen mayores probabilidades de morir de cáncer de pulmón que el resto de los habitantes de su provincia, Holguín.