“El Ruso”: otro memero cubano perseguido y exiliado

Ilustración: Alejandro Cañer

Se llama Carlos Alberto Pérez García, pero la mayoría de los internautas cubanos lo conocen como “El Ruso”. Con más de 21 mil seguidores solo en Twitter, este joven economista y cuentapropista de La Habana se ha convertido en los últimos años en uno de los memeros más incisivos de Cuba. Tanto así que en mayo de este año tuvo que exiliarse en Estados Unidos para ponerle fin a varios meses de acoso y amenazas por parte de la Seguridad del Estado, recelosa del eco de muchas de sus críticas al régimen cubano. 

Pérez empezó a hacer memes años atrás en un grupo de Facebook que compartía con varios amigos. «Era para hacer humor negro y, sobre todo, crítica social de las cosas que pasaban en el país, pero con un límite muy bajo, o sea, con mucha autocensura de nosotros mismos», explica. «Empezaba todo esto del Internet y la gente tenía mucho miedo de decir lo que pensaba».

Poco tiempo después su cuenta de Facebook comenzó a ser reportada por sus contenidos. Fue entonces que, para no seguir llamando la atención sobre su persona, creó “El Ruso 4K”, un perfil inicialmente anónimo que ha utilizado desde ese momento para «hacer una burla más directa».

“El Ruso”, como se le conoce desde entonces, ganó mucha visibilidad a partir de su llegada a Twitter, la red por excelencia de los memeros cubanos. Y aunque inicialmente procuró hacer una sátira «muy sencilla», no pasó mucho tiempo antes de que entendiera la falta de tolerancia del régimen ante cualquier crítica, por pequeña que sea. 

Después de publicar un meme sobre la situación económica del país que se hizo viral, tuvo su primer encuentro con un agente de la Seguridad del Estado, quien le “aconsejó” que tuviera cuidado y no se propasara con ese tipo de bromas.  

Durante los meses siguientes, siguió recibiendo advertencias por sus críticas en redes sociales, que fueron subiendo el tono. Pero su situación empeoró gravemente a partir del 26 de enero de 2022, cuando compartió la foto de un cartel de “Abajo Canel Singao” pintado en un muro de la calle Serrano, en la barriada habanera de Santos Suárez, donde también se veía a varios agentes del Ministerio del Interior (Minint) inspeccionando el lugar y tratando de borrar el letrero. 

«Silvio, mueve a tu gente, que venga también Grissom, Santos Suárez hirviendo», escribió ese día en Twitter, haciendo referencia a los detectives de las series policiacas cubana Tras la huella y estadounidense CSI Las Vegas.

Además de compartirse cientos de veces en redes sociales, la foto terminó llegando a los principales medios independientes de comunicación, los cuales ya habían reportado carteles similares en Cojímar, La Habana, días antes.  

Los problemas comenzaron una semana y media después, durante la tarde del viernes 4 de febrero, cuando “El Ruso” recibió una citación para la estación policial de San Miguel del Padrón por el supuesto robo de un teléfono celular. 

Sin embargo, más tarde se dio cuenta de que había sido un «movimiento turbio» de la Seguridad del Estado y que en realidad estaba bajo investigación por publicar la foto del cartel contra Díaz-Canel. 

Una vez en la estación de San Miguel del Padrón, varios agentes lo trasladaron a otra en el municipio de Regla, donde le quitaron sus pertenencias y lo encerraron en un calabozo. Poco después comenzaron los interrogatorios, que duraron cerca de 24 horas. 

Durante las primeras cinco horas, los oficiales indagaron acerca de los motivos que lo llevaron a publicar la foto del cartel. Específicamente, le preguntaron quién le había pagado para subirla. No hay que olvidar que la oficialidad cubana entiende los memes críticos con el régimen como parte de los planes de guerra psicológica de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) contra la isla. 

Según contó “El Ruso” a Proyecto Inventario, también tuvo que autorizar que le hicieran un peritaje a su teléfono celular. 

«Al ver que lo que estaban diciendo no tenía lógica, porque fue un hecho casual, vino la otra mitad [del interrogatorio]», recuerda. 

Durante las próximas horas, los agentes de la SE le explicaron los delitos en que incurrían sus publicaciones, por las cuales podía ser llevado a juicio. También le pidieron que publicara un video donde se arrepintiera de haber publicado la foto, una práctica de desprestigio que ha sido utilizada anteriormente contra el también memero Ariel Falcón, conocido como “Yo Uso Mi Nasobuco” y actualmente exiliado en España.

Como se negó, entonces le exigieron que eliminara la foto del cartel a cambio de no presentar su caso a la Fiscalía General de la República (FGR). «A eso sí accedí», cuenta “El Ruso”. «Después me arrepentí, pero creo que en ese momento fue una buena decisión. Ya llevaba casi 22 horas detenido, muchos interrogatorios, y estaba bastante agobiado».

Finalmente, tuvo una última reunión con un agente que le preguntó sobre la fuente de algunas transacciones bancarias a su favor. Sin embargo, asegura que no le preguntaron sobre los 400 dólares que Cubatel, una empresa de llamadas y recargas a Cuba asentada en Delaware, Estados Unidos, le pagaba mensualmente por concepto de promoción. Según le dijeron, con eso “no había problema” porque era algo que “les convenía”. 

Antes de ser liberado, “El Ruso” fue multado con tres mil pesos pesos por violar el Decreto-Ley 370, una de las herramientas legales que el régimen ha creado en los últimos años para, entre otras cosas, castigar el disenso en Internet en nombre del «interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas»

Según Proyecto Inventario, al menos 58 personas han sido multadas con el Decreto-Ley 370. Aunque la mayoría son activistas, opositores y periodistas independientes, algunos son ciudadanos comunes, como “El Ruso”, que utilizan las redes sociales para criticar o denunciar la situación del país. 

«Después de todo este tema del DL-370 y la detención, vino una época muy difícil para mí, porque la familia se ve afectada en eso», explica. 

A pesar de que en los meses siguientes abandonó las redes sociales por un tiempo, “El Ruso” siguió recibiendo mensajes y llamadas de advertencia cada vez que se producía algún revuelo social o político en el país. «Era una cosa de prácticamente todos los días», dice. 

Es por eso que, en mayo de este año, tomó la decisión de abandonar el país: para evitar más acoso político contra él y los suyos. 

«La dictadura no tiene límites morales», escribió en Twitter poco después de salir de la isla. «Lo que han hecho a mi familia es imperdonable». Ese mismo día, según contó en la publicación, habían ido a su casa a «recogerlo». Tras no encontrarlo, dejaron alterada a su abuela luego de contarle una «sarta de mentiras» sobre él.  

Ahora en Estados Unidos, “El Ruso” sigue utilizando sus cuentas de redes sociales para compartir memes críticos sobre la situación del país. Desde allí, asegura que Internet es lo mejor que le ha pasado al país y, sobre todo, a la juventud cubana, que ahora cuenta con una poderosa herramienta para expresarse y debatir.   

«El 11J fue la muestra de todo lo que puede hacer el Internet», dice. «Eso es importante, porque [Cuba] es un país que lleva 60 años sin hacer nada democrático, sin tener un espacio donde la gente pueda debatir y decir lo que piensa, y eso lo está dando Internet»

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