Programadores independientes participan en La Habana en feria tecnológica organizada por instituciones estatales. Foto: YucaByte
El gobierno cubano anunció este miércoles un grupo de medidas asociadas al trabajo por cuenta propia (trabajadores autónomos) que incluyen la incorporación de seis nuevas actividades, la modificación de otras y algunos ajustes en el sistema tributario, informaron medios oficiales.
Cubadebate, por ejemplo, resalta que las normativas aprobadas buscan “el perfeccionamiento continuo del trabajo por cuenta propia”; pero olvida mencionar que algunas actividades continúan congeladas, por lo que el “perfeccionamiento” anunciado parece una tarea de nunca acabar.
Así lo notaron varios foristas de Cubadebate, que preguntaron (y hasta ironizaron) en la sección de los comentarios, “hasta cuándo” tendrían que esperar los programadores de equipos de cómputo para la reactivación de las licencias que les permite ejercer en legalidad.
“(…) han pasado 3 largos años y la licencia de Programador continua en el Limbo. Al parecer los responsables de las ‘Modificaciones’ prefieren que cientos de jóvenes con esta profesión se vayan a otros países (…)”, escribió un usuario que se identificó como Henrik.
El otorgamiento de nuevas licencias de Programador de Equipos de Cómputo fue suspendido por primera vez— desde el renacimiento del sector no estatal en Cuba con las llamadas “Reformas de Raúl” [Castro] — en agosto del año 2017 junto a otras 26 actividades.
Entonces se anunció la medida como algo temporal, parte de un “proceso sistemático de revisión y perfeccionamiento, encaminado a corregir deficiencias, de manera que ninguna acción quede al margen de la legalidad”, dijo al periódico Granma la viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera. La funcionaria aseguró que una evaluación al sector privado comprobó “que se utilizan materias primas, materiales y equipos de procedencia ilícita”, entre otros factores que las autoridades consideraron lesivos al esquema de reformas económicas discretas conocido como Actualización del modelo económico cubano.
Entre las 27 actividades congeladas, se encontraban algunas que difícilmente podrían asociarse a ilegalidad o perjuicio, como Profesor de música y otras artes, o Profesor de taquigrafía, mecanografía e idiomas.
Casi un año después, en julio de 2018, el diario oficial del Partido Comunista anunció que en diciembre se reactivarían las entregas de licencias para las 27 actividades que permanecían “congeladas”. Los 150 días entre la publicación del paquete de regulaciones y su entrada en vigor, sería el tiempo requerido para “llevar a cabo un ordenamiento efectivo, con total apego a lo legislado”.
Pero llegó el 7 de diciembre de 2018 y se autorizó la entrega de licencias para para las actividades en pausa, excepto una…
“Este viernes también quedan abiertas nuevamente las autorizaciones para 26 actividades que se encontraban congeladas, con excepción para la de Programador de Equipos de Cómputo, hasta tanto no se precise su alcance y características en la política que al respecto elabora el Ministerio de Comunicaciones”, explicó un reporte de Cubadebate.
Dos días antes, el 5 de diciembre, una aparente “jugada de última hora” frustró el regreso de los programadores cubanos a la legalidad cuentapropista:
La Resolución No. 24/2018 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, publicada ese día en la Gaceta Oficial, y a implementarse, casualmente, el 7 de diciembre, incluía una Disposición Especial Única para “Mantener suspendido el otorgamiento de nuevas autorizaciones en la actividad Programador de Equipos de Cómputo , hasta que se concluya la propuesta de funcionamiento para estas formas no estatales de gestión”.
Después la actividad apareció referenciada en las regulaciones sobre el sector de las TIC, publicadas en julio de 2019. El sistema de solicitudes de inscripción formal para software y aplicaciones informáticas que se impuso entonces, incluye la figura de una actividad que no admite nuevos actores desde 2017.
Uno de los Artículos relacionados con el proceso de solicitud, indica que “se presenta un modelo B por cada producto que se inscribe (..) por la dirección de la persona desarrolladora de programas y aplicaciones informáticas, o por el trabajador por cuenta propia como Programador de Equipos de Cómputo, en el que declare la certeza sobre el funcionamiento y otros atributos del producto, a partir de las pruebas que se le hayan realizado”.
Igualmente, entre los documentos que deben presentarse para inscribir un software a través de la Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espectro Radioeléctrico del Ministerio de Comunicaciones (UPTCER) — trámite obligatorio para desarrolladores y comercializadores de programas y aplicaciones—, se menciona la licencia de Programador de Equipos de Cómputo expedida por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
En septiembre se publica una nueva resolución del Ministerio de las Comunicaciones, elaborada a finales de julio (la 142/2019), que vuelve sobre la actividad congelada, pero esta vez con un mayor nivel de atención.
“Dentro de las modalidades de la actividad de trabajador por cuenta propia se encuentra la modalidad de Programador de Equipos de Cómputo, ejercicio este a tono con la realidad de la vida actual del país, siendo atendido por el Ministerio de Comunicaciones”, se lee en uno de sus Por Cuantos.
Luego se mencionan otros detalles en la sección de “procedimientos de atención y control al trabajo por cuenta propia de las actividades que el MINCOM es rector”. Entre las funciones que el Ministerio asigna a sus Oficinas Territoriales de Control están “participar en la capacitación del Programador de Equipos de Cómputo (…)”, y “solicitar a la autoridad que emitió la autorización, su cancelación en los casos que lo requieran, previa fundamentación de las causas”.
Todo parecía estar listo o “bajo control” para retomar la autorización de nuevas licencias, sin embargo, este 6 de noviembre, el “perfeccionamiento continuo” del trabajo por cuenta propia en Cuba volvió a privar del derecho a la legalidad a los programadores de la Isla.
Una Disposición Especial de la Resolución 103/2019 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social decidió “mantener suspendido el otorgamiento de nuevas autorizaciones” en un grupo de actividades en las que se incluye Programador de Equipos de Cómputo.
Los demás integrantes del club de los excluidos son Elaborador vendedor de jabón, betún, tintas y otros similares, Vendedor mayorista de productos agropecuarios, Vendedor minorista de productos agropecuarios, Carretillero o vendedor de productos agrícolas en forma ambulatoria, Comprador vendedor de discos, y Operador de equipos de recreación para los equipos rústicos.
“Los trabajadores que actualmente se encuentran autorizados a ejercer alguna de estas actividades pueden continuar realizándola”, aclara la disposición, y este parece ser un punto clave, pues podríamos estar ante un escenario de ventajas para el desarrollo de negocios de programación que tuvieron la suerte de surgir “a tiempo”, sobre nuevos emprendedores condenados a producir en ilegalidad, o no producir.
¿Qué pasa realmente en Cuba con la licencia de Programador de Equipos de Cómputo? Esta vez no medió siquiera un tímido argumento sobre “alcances”, “características” o “propuestas de funcionamiento” para mantener en pausa la emisión de autorizaciones.
De hecho, la propia Resolución 103 define que el Programador… “Desarrolla, comercializa, implanta, despliega y realiza el soporte técnico de programas, aplicaciones y servicios informáticos mediante contrato con personas naturales y jurídicas. Cumple las regulaciones establecidas por el Ministerio de Comunicaciones”. También ratifica al MINCOM como el organismo rector de esta actividad.
¿Qué falta entonces? Una solución para aquellos que tienen talento y ganas de crear en Cuba usando las TIC bajo un marco legal que los reconozca y no los haga sentirse delincuentes por culpa, en el más noble de los casos, de la burocracia o la ineficiencia.
El gobierno se ahorraría, al menos, comentarios como estos: “Compañeros decisores, de esto viven familias”; “Los programadores pueden ingresar la tan deseada MLC [Moneda Libremente Convertible] que demanda el país, bueno lo están haciendo, pero sin pagar impuestos”; o “Cómo piensan informatizar a un país, por Dios”. Todos están disponibles en el foro que suscitó la noticia en Cubadebate.
Una infografía elaborada por el sitio a partir de estadísticas oficiales, revela que hasta el momento existen en el país 617 mil 794 trabajadores por cuenta propia. El 65 % de ellos se concentran en La Habana, Matanzas, Villa Clara, Holguín, Camagüey y Santiago de Cuba. Asimismo, las actividades más populares se relacionan con la elaboración y venta de alimentos, el transporte de pasajeros y el alquiler de viviendas.
En Cuba, para trabajar de forma independiente al Estado o emprender un negocio propio de cualquier naturaleza, los ciudadanos deben escoger en una lista de actividades permitidas, algo que limita el potencial creativo y de desarrollo de la iniciativa privada. Además de lo anterior, cada actividad aprobada por el gobierno viene acompañada de una “descripción de alcance”, que detalla hasta el absurdo qué puede hacer exactamente y qué no el trabajador que adquiere una licencia.