Cuba cerró el año 2024 con un aumento en las violaciones de derechos digitales, incluyendo detenciones arbitrarias, cortes masivos y selectivos de internet, y el uso de la censura como herramienta represiva. Mientras activistas y periodistas enfrentan cargos por compartir contenidos en redes sociales, el régimen estrecha lazos con China para reforzar su control sobre el ciberespacio, consolidando una estrategia de vigilancia y represión en un país cada vez más conectado pero silenciado.