Francisco Rangel Manzano, opositor cubano de 63 años, enfrenta una condena injusta tras su breve participación en las protestas del 11J en Colón, Matanzas. Su caso refleja el patrón represivo del régimen cubano contra los disidentes: arrestos arbitrarios, juicios manipulados y condiciones inhumanas en prisión. A pesar de la persecución, tanto él como su familia continúan denunciando las violaciones de derechos humanos en la Isla