Ilustración: Carmen Barruecos
“Vamos a fajarnos con la Policía, dejen de estar cogiendo las redes pa estar destruyéndonos y fajándonos entre nosotros mismos. Vamos a hacer un grupo para todos los abakuás, y acabar de ir pa arriba del Gobierno de pinga este que nos tiene pasando hambre a todos nosotros”, dijo Rey Asiel Naranjo Palau a mediados de marzo en un video publicado en Facebook. Ese contundente mensaje provocó que el 23 de marzo fuese arrestado, víctima de la ola de represión desatada por el régimen cubano tras las protestas del 17 y 18 de marzo.
El caso de Naranjo es muy delicado: padece esquizofrenia y su familia no denuncia los hechos represivos que ha sufrido. Además de una prima, la única persona que suele actualizar sobre su caso es la activista Idelys de la Caridad Chao Sade, residente en Grecia. Fue ella quien publicó el citado video a petición de Naranjo.
“Lo conozco desde finales del año 2023”, explica Chao a YucaByte. “Rey es un muchacho que piensa en la libertad de Cuba y la igualdad del pueblo sin dictadura. Es un chico responsable, de familia, muy respetuoso y respetado por su manera de ser. Es religioso, abakuá, pero practica su religión basada en los estatutos. Es buen hijo, buen hermano y buen padre. Él está muy centrado en sus ideales para con la libertad de Cuba y en total desacuerdo con la dictadura asesina Castro-Canel. Aspira a que los niños y familias cubanas tengan una vida digna”.
Además del mensaje que trasladó a la comunidad abakuá cubana, “Rey está acusado injusta y falsamente por unos carteles que pusieron cerca de su casa”, explica Chao. A raíz de su pronunciamiento “ahora mismo han tomado represalias en su contra”. Las fotos de dichos carteles, a las que pudo acceder YucaByte, muestran varias paredes con mensajes como “¡Patria y vida!” y “¡Díaz-Canel singao!”.
Raudiel Peña, un abogado que ha seguido este caso desde el Centro de Información Legal Cubalex, señala las arbitrariedades cometidas con Naranjo: “Eso obviamente son violaciones a sus derechos, sobre todo a la libertad de expresión y la protesta pacífica. En este caso se violan los estándares internacionales de esos derechos, que justamente protegen a las personas para que se expresen libremente y convoquen protestas pacíficas”.
Después de detenerlo, las fuerzas del Ministerio del Interior (MININT) cubano trasladaron a Naranjo a Villa Marista, el cuartel general de la Seguridad del Estado. Allí “fue golpeado y torturado”, explica Chao. Luego fue “llevado a Mazorra [Hospital Psiquiátrico de La Habana], donde le pusieron medicamentos que nada tienen que ver con su tratamiento de los nervios”.
El presidente del gremio Médico Cubano Libre, Miguel Ruano, explica a YucaByte la importancia que tiene para este tipo de pacientes cumplir con sus indicaciones médicas: “Los medicamentos e insumos son fundamentales en el tratamiento de los desórdenes mentales. La ausencia de antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y otros fármacos, sin los que no pueden vivir los reclusos con enfermedades mentales, lleva a desórdenes sin control. Ese empeoramiento conlleva a la aparición de ideas delirantes, alucinaciones, depresión y ansiedad. También puede aumentar la agresividad y la impulsividad de los reclusos, resultando a veces en la autoagresión (suicidio) o en la posibilidad de ejecutar un homicidio”.
A mediados de agosto trascendió que entre marzo de 2023 y junio de 2024, al menos 32 reclusos habían perdido la vida por negligencia o falta de atención médica en prisiones cubanas. Otros nueve se quitaron la vida en ese periodo, según un estudio del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC).
Actualmente, Naranjo está en el Combinado del Este de La Habana y, según Chao, “en varias ocasiones ha sido golpeado por los guardias”. Además, la activista señala que “le están dando unas pastillas para tenerlo en un estado zombie y lo vigilan para que se las tome. Está siendo reprimido y aún nada del juicio”.
Chao asegura haber alertado a Naranjo sobre las implicaciones que podría traerle la publicación del video, pero ella no sabía en ese momento que él padecía de esquizofrenia. Antes de ser detenido, Naranjo le envió a Chao otro video en el que se le ve dialogando con el presunto agente de la Seguridad del Estado que atendía su barrio, San Matías, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón.
Las imágenes consultadas por YucaByte muestran al supuesto represor escuchando a Naranjo: “La luz [electricidad] de aquí del gao [casa] yo la pago. No quiero que me quiten más la luz. Ese cartel no lo puse yo, pero ya va a ser fuego lo que van a tirar para la calle, porque uno se asfixia. Yo soy anticomunista, pero no tienen por qué quitarme el agua ni la luz, porque yo la pago, y si no la pago me la cortan (…). Aquí roban a diario y yo no veo a un policía aquí. Ahora esto se llenó de policías por unos carteles que pusieron con ‘Patria y vida’. Cuando roban o matan en este barrio yo no veo ni al DTI [Departamento Técnico de Investigaciones del MININT] ni a la Seguridad del Estado metidos aquí”.
Además de esquizofrenia, Naranjo también sufre hipertensión. Como está descompensado de sus padecimientos dentro en la cárcel, Chao explica que ha llegado a tener peleas con los carceleros y con otros reclusos. “En Villa Marista le dieron tantos golpes que le partieron la frente. Ahora le están dando golpes en el Combinado del Este. Yo sé de él porque allí hay personas que me llaman directamente. Lo tienen dopado con un tratamiento que no es el que él lleva para así tenerlo todo mongo [con déficit de atención]”.
Ruano considera que los padecimientos de Naranjo agravan la percepción y dificultan la asimilación del hecho de estar preso: “La tristeza, ansiedad y depresión son efectos psicológicos de la prisión. Esa privación de su libertad representa un cambio drástico que deriva en una ruptura o alteración del proyecto de vida, y demanda de la persona unos recursos psicológicos y sociales sólidos que favorezcan su adaptación al medio penitenciario. Esto ya presupone la posible aparición de un trastorno, transitorio o no, en una persona que puede llevar a un estado neurótico o psicótico. El Estado cubano no tiene en cuenta para nada esta situación, ni mucho menos a los enfermos mentales dentro de las más de 290 prisiones que hay en la Isla”.
Peña aclara lo poco que se conoce sobre el caso de Naranjo: “Lo que sabemos hasta el momento es que sigue estando detenido bajo investigación, pero no hay ningún detalle de si ya fue acusado formalmente por la Fiscalía o sancionado”.
Además del habitual ocultamiento sobre la situación de los presos políticos que practica el régimen desde sus instituciones y medios de comunicación, los detalles en torno a Naranjo no son expuestos por su familia. YucaByte ha insistido en reportajes anteriores sobre la importancia que tiene el papel de la familia en el acompañamiento de los presos políticos.
Ruano alerta sobre las consecuencias que puede traer este tipo de contextos para los presos políticos: “Obviamente la indefensión es un factor agravante en la solución de estos problemas. Esto deriva en la imposibilidad de denunciar la violación de los derechos humanos más elementales por parte de los oficiales y represores. En más de una ocasión han ocurrido fallecimientos de reclusos por la no solución de esas violaciones”.
Según Chao, los represores han intimidado a la pareja de Naranjo: “La esposa desde el día cero está siendo amenazada por la Seguridad del Estado. Esto afecta muchísimo la situación de mi amigo, porque es un preso político. Si la familia no alza su voz y exige su libertad porque está preso injustamente, la dictadura se va a ensañar con él y la sanción será excesiva”.
A finales de octubre de 2023, varias madres de presos políticos manifestantes del 11 de julio de 2021, denunciaron la falta de psicofármacos y asistencia médica para sus hijos con serios padecimientos psiquiátricos. Al respecto, Ruano recuerda: “El régimen totalitario cubano viola lo establecido en las denominadas Reglas Mandela, que exigen al Estado ‘facilitar asistencia médica recurrente para detectar todo indicio de estrés psicológico o de otra índole causado por la reclusión, incluidos el riesgo de suicidio o autolesión’”.
Más allá de la inexistencia de las condiciones sanitarias que demandan este tipo de reclusos, su procesamiento penal en sí también ha sido violado por el régimen. Al menos seis presos políticos han sido condenados en los últimos años por protestar contra el régimen, a pesar de sus respectivos padecimientos mentales.
“Los casos de salud mental siempre han sido el punto débil de la justicia penal”, alerta Ruano. “Como mismo alguna vez se han escuchado casos de homicidios en que los victimarios aluden a un trastorno mental para ser juzgados bajo normas específicas, hay que tener en cuenta que los verdaderos enfermos mentales deben ser procesados de manera diferente. Todo enjuiciado que pase un peritaje médico psiquiátrico y demuestre que padece una enfermedad mental, podría reclamar su inimputabilidad. Este concepto legal se refiere a la incapacidad de una persona para ser procesada penalmente como responsable de sus acciones”.
Chao asegura que Naranjo quizás está sufriendo una represión agravada, debido a encontronazos previos que había tenido con el régimen: “Anteriormente, Rey tuvo problemas con la Policía. A él y al hermano la Policía les cayó a golpes, y Rey se fajó. Un policía, al ver que no podía con él, sacó la pistola y le tiró unos tiros. Las personas grabaron eso y [el influencer] Alain Paparazzi lo subió a su programa. Gracias a que lo grabaron, no se sancionó a Rey, pero bien que se lo guardaron y se la fabricaron”.