Ilustración: Carmen Barruecos.
Yerismar Velázquez Cruz lleva casi cuatro meses preso en Santiago de Cuba por publicar un video de 10 segundos como estado de WhatsApp. «Hoy es 24 de marzo del 2024», dijo el enfermero de 46 años parado frente al Santuario de la Virgen de la Caridad, en El Cobre. «En apoyo a los presos políticos y la libertad de Cuba, ¡patria, vida y libertad!». En el video, Yerismar vestía un pulóver blanco con varias consignas escritas a mano junto a «11J» y «17M», en referencia a las históricas protestas del 11 de julio de 2021 y el 17 de marzo de 2024.
El gesto de Yerismar fue interpretado como una provocación por el régimen cubano, que solo tardó cuatro días en detenerlo. El 28 de marzo, Yerismar pretendía regresar a La Habana, pero fue arrestado estando ya a bordo de un tren.
El régimen acusa a Yerismar de «atentado contra la seguridad del Estado» e «instigación a delinquir», precisa la ONG Prisoners Defenders en su página web. Ahora está preso en una cárcel santiaguera conocida como El Caguayo. Allí ha sufrido el resquebrajamiento de su salud.
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, en su informe de junio de 2024 sobre «personas privadas de libertad con situaciones delicadas de salud», explica el estado de este preso político: «Permanece encarcelado sin recibir la atención médica adecuada. Padece varios problemas de salud, como hipertensión, diabetes y episodios depresivos, lo que ha provocado un deterioro continuo en su condición. Durante al menos dos meses, Yerismar usó una sonda debido a la retención de orina. Intentaron retirarla, pero debido a que esta condición persiste por la falta de tratamiento, tuvieron que volver a colocarla».
«Ya no tiene la sonda puesta. Según me dicen está mejor», declaró una amiga de Yerismar a YucaByte bajo condición de anonimato. «Su familia me ha pedido que no hable absolutamente nada, porque él es el que está preso y lo llaman cada vez que hay una publicación. Es supertriste que se silencie de esa manera semejante crimen, que se caiga en el juego de ellos, pero no puedo hacer más nada».
Como ya ha alertado este medio en otros reportajes sobre presos políticos, la visibilidad de cada caso es primordial para condicionar una respuesta por parte del régimen. Alain Espinosa Santana, un abogado del Centro de Información Legal Cubalex, explicó a YucaByte las consecuencias de la poca exposición de Yerismar: «Es un caso bastante complejo para asesorar legalmente, porque no cuenta con un acompañamiento familiar correcto. Hemos intentado asesorarlo, pero no contamos con la información suficiente. Es difícil determinar si los familiares no tienen interés en ayudarlo, no cuentan con las capacidades necesarias para hacerlo o están siendo presionados o manipulados por la Seguridad del Estado, pero su inacción atenta directamente contra las posibilidades de defensa de Yerismar».
«Con la información que teníamos lanzamos una alerta en redes sociales para visibilizar el caso, pero el resto de las acciones se dificulta mucho», continúa Espinosa. «No hemos podido agotar los recursos legales porque no tenemos quién los presente. En algunos casos lo hacemos mediante activistas de la provincia en que está detenida la persona, pero eso conlleva poner en riesgo a ese activista también, y en muchos casos las autoridades se niegan a recibir dichos recursos. En el plano internacional necesitamos sí o sí el consentimiento de la víctima o algún familiar para poder presentar alguna comunicación, entonces se hace bastante complicada la asesoría».
Espinosa recuerda que solo acciones constantes podrían influir en el destino de los presos políticos: «La práctica evidencia que los casos en que existe una presión pública las autoridades se miden más en el trato que le dan, y en muchos casos buscan soluciones como el exilio forzado, que si bien no es lo ideal y también viola sus derechos, es menos dañino que la privación de libertad».
La amiga de este preso político ha batallado para sacarlo de la cárcel: «En Cubalex me redactaron el acta del habeas corpus. Fui a entregarla y por supuesto no me la aceptaron porque todo había sido allá en Santiago de Cuba. Fui a la unidad de Policía; he hablado con todo el mundo y no he logrado nada».
Otra amiga de Yerismar, la activista cubana Maylen Díaz, dijo en Facebook el 2 de abril de 2024: «En la mañana de hoy se trató de entregar el habeas corpus para Yerismar Velázquez Cruz en Santiago de Cuba, y no lo quisieron aceptar. Una vez más, la dictadura negando todos los derechos al cubano. Cabe resaltar que seguimos sin conocimiento de dónde tienen a Yerismar secuestrado».
Las arbitrariedades cometidas por el régimen desde el arresto de Yerismar no son casuales para Fernando Almeyda, un abogado de la ONG Prisoners Defenders: «En el interior de Cuba, la represión es tradicionalmente mucho más violenta y cruel. Es especialmente ensañada en provincias como Santiago de Cuba, Guantánamo y Las Tunas, donde la militarización de todas las instituciones es casi total, y donde cuerpos militares violentos y poco sutiles toman las cuestiones por sus manos sin el menor escrúpulo por mantener las apariencias».
El hecho de que el video de Yerismar se filmara en el Santuario de El Cobre no representa un atenuante, según Almeyda, porque «su declaración no encaja en absolutamente ninguna figura delictiva del Código Penal». Este letrado exiliado en Serbia ahonda en los motivos de la represión aplicada en casos como el de Yerismar: «El régimen no cambia, aplica las mismas estrategias y busca identificar y desactivar posibles líderes. Quieren castigar la libertad de expresión o desestimar formas de organización. Realizan ‘operaciones de mínimo acceso’ para aparentar que todo lo saben y que pueden con todos. Deben mantener las apariencias, por eso hay cuotas de detenidos. Muchos son detenidos para mantener en el pueblo la sensación de vigilancia, persecución e incertidumbre».
La amiga de Yerismar consultada por YucaByte considera que al menos hay que luchar para que sea trasladado a La Habana: «Allí [en Santiago de Cuba] todo se hace más difícil. Yerismar es un muchacho que ha sufrido bastante, su familia es humilde. Él nunca ha dejado de atender a su madre y hermana. Aunque tiene una coraza bastante fuerte, sufre de depresiones y se ve en sus ojos la tristeza. Yerismar es sensible y yo sé que tiene mucho miedo, pero sigue firme, y esa es la cualidad que más respeto y amo en un ser humano. Estuvo en la zona roja de la COVID-19 en 2021; él arriesgó su vida para salvar a otros».
Espinosa explica que mantener a Yerismar en Santiago de Cuba es una arbitrariedad en toda regla: «Si bien en principio se estaría en la fase de investigación, que debe realizarse en la jurisdicción donde ocurrió el hecho, por las características de su detención y los hechos que la motivaron, responde más a una forma de castigo que a la investigación de un hecho delictivo. Mantenerlo detenido en un lugar tan alejado de su hogar contradice lo establecido al respecto en las Reglas Mandela. Esas normas internacionales recomiendan expresamente que el internamiento esté siempre lo más cercano posible al hogar, para ayudar a la reinserción social y evitar agravar los sufrimientos inherentes a la privación de libertad».
Lejos de tenerlo en consideración, el régimen ha utilizado la trayectoria de Yerismar como enfermero y activista para reforzar su intransigencia hacia las voces opositoras. Su amiga recalca que más allá de la postura que ha mantenido ante el oficialismo, Yerismar jamás tuvo problemas con la justicia: «Yo no conozco a Yerismar desde hace muchos años, pero nos acercamos por acciones que hemos hecho en favor de los necesitados. Nosotros tenemos una posición clara contra lo mal hecho y contra el desastre este. Yerismar nunca ha hecho nada malo o ilegal, no tiene antecedentes penales».
El desamparo que siempre trató de enfrentar con sus acciones, ahora le ha tocado vivirlo en carne propia. «Nosotros nos unimos —recuerda su amiga— para intentar que una señora que estaba muy mal de salud tuviera un poco de dignidad: unas sábanas limpias y un hospital que la atendiera, por lo menos eso. Colaborábamos para obtener alguna medicina o cualquier otra cosa que le hiciera falta a los necesitados. Después de tres días esperando una ambulancia y publicando en redes sociales, logramos que fueran a recoger a la señora a su casa de Lawton [barrio del municipio habanero Diez de Octubre]. Nos unimos varias personas para apoyar a la señora cuando la llevaron al hospital. Yerismar se quedaba con ella de noche y a veces también de día».
YucaByte realizó varias llamadas por teléfono a la prisión santiaguera de El Caguayo para indagar sobre la situación de Yerismar, pero nadie contestó.
La vida es bella
Todo lo q brilla no es oro
Ahí radica el problema de los cubanos, nos hemos dejado aplastar por una docena de esbirros sin crear ningún tipo de respuesta, actuamos como las presas, mientras los depredadores destrozan a uno de nosotros, el resto huye a esconderse en cualquier agujero. Nos hemos dejado robar la valentía por unos mediocres que con solo sonar la mocha aflojan hasta a los más guapos de la zona, que entre ellos se sobran en guapería, pero con la basura que se hacen llamar autoridades, se derriten. No podemos callarnos, no podemos ceder ante presiones, hay que estarlos poniendo en jaque constantemente, esas acciones de desgaste son las que menguan sus fuerzas. Mi más solidario apoyo a Yerismar, hay que denunciar y visibilizar todo lo que se pueda, esa es nuestra labor.
Muy interesante
Todo es muy interesante