El 11 de julio de 2021, la suerte del pueblo cubano estuvo más cerca de la de los soldaditos ebrios del batistato que la de los enguayaberados sobrevivientes del asalto al cuartel. Era la venganza final de la Historia, cuyo libro del desengaño y la victoria tal vez deberá esperar por la promoción de historiadores contrarrevolucionarios del 2053.