Ilustración: Brady
Betiza Bismark entró a la Escuela Nacional de Arte (ENA) cuando yo estaba en 4to. año, y aunque no coincidimos mucho como tal, porque ya yo estaba preparando mi tesis de graduación en el grupo de teatro El Público, tuvimos la suerte de coincidir un tiempo en la beca de Zanja y Aramburu. En aquel entonces era apenas una niña de Matanzas recién llegada a La Habana, que aspiraba a ser actriz. Yo creo que Betiza Bismark no se imaginaba las grandes oportunidades que le deparaba el destino.
Betiza es una muchacha difícil de olvidar. Su imagen imponente, su voz vigorosa y melódica a la vez, su sonrisa amplia, su nombre raro y hermoso y su impronta en escena la hacen memorable.
Aunque no tuve la dicha de verla actuar en teatro, cuando llegué a Miami, supe que trabajaría en Guava Island, película del japonés Hiro Murai protagonizada por Donald Glover y Rihanna. Y luego la vi interpretando a una de las hermanas de Carlos Acosta en la premiada cinta Yuli, dirigida por Iciar Bollaín. ¿En qué momento había crecido tanto? Fue muy emocionante para mí verla en el cine y saberla tan grande y madura como actriz.
―La pregunta obligada: ¿Quién es Betiza Bismark?
―Bueno, yo soy una actriz cubana, nacida en La Marina (un barrio marginal de la ciudad de Matanzas), que estudió en la Escuela Nacional de Teatro y emigró hace cuatro años a Madrid.
―En Cuba tuviste algunas participaciones en importantes películas como Insumisas, de Laura Cazador y Fernando Pérez; Yuli, de la española Iciar Bollaín; y Guava Island, del japonés Hiro Murai. Son películas muy diferentes entre ellas y contadas desde diferentes perspectivas, pero todas desde Cuba. Desde tu perspectiva como actriz, ¿cómo es hacer cine en la Isla hoy en día y cuáles son los principales retos y obstáculos?
―Te mentiría si te dijese que sé cómo es hacer cine ahora mismo en Cuba. Yo me fui hace un tiempo y las cosas han cambiado (empeorado) bastante desde entonces. Cuando vivía allí tuve la oportunidad de formar parte de estas películas, pero no era lo común. Quizás se hacían 10 películas al año y éramos muchísimos actores. Y a eso añadirle la escasa inclusión de personajes negros en las historias; salvo que fuese una producción de “época”, que ahí si teníamos un espacio como esclavos o trabajadores domésticos.
―Actualmente vives en España… ¿cómo saliste de Cuba y qué te motivó a hacerlo?
―Pues yo vine a España a impartir un taller, en principio por poco tiempo. Cuando me di cuenta que podía desarrollar mi carrera como actriz aquí y que como industria existían muchísimas más posibilidades que en Cuba, quise probar.
―En España ya has participado en series de televisión e incluso películas, pero Érase una vez en Euskadi podría decirse que es uno de tus trabajos recientes más importantes, ya que la película tuvo su estreno en el Festival de Cine de San Sebastián y fue nominada a importantes galardones en España. ¿Cómo llega esta oportunidad a ti?
―En el momento que tuve la residencia, que significaba la situación legal para poder trabajar en España, decidí enviar emails a los directores de castings españoles con mis fotos y la recopilación de los trabajos que había hecho en Cuba. Uno de ellos, Jose Cerqueda, me contestó de vuelta y me ofreció hacer un casting para una película para la cual, hacía meses, buscaban a alguien con mi perfil. Hice el casting y seis meses después comenzamos el rodaje de la peli.
―¿Cuáles son los principales retos que has tenido que enfrentar siendo una actriz cubana en España?
―Como actriz cubana uno de los principales retos que he tenido ha sido trabajar el acento castellano y actuar con este acento. He tenido que salir completamente de mi zona de confort.
―Pero además de cine y televisión sigues haciendo teatro junto a otras colegas cubanas. Adriana Jácome, Gilda Bello, Yeyé Báez y tú conforman Teatro de la Noche. Cuéntame un poco de la compañía, de la experiencia de trabajar para el público español y de los proyectos actuales y futuros.
―Teatro de La Noche es un lugar mágico al que tengo la suerte de pertenecer. Es un grupo de teatro dirigido por el dramaturgo y director Roland Schimmelpfennig y conformado por nosotras cuatro. La obra Esta noche todo será diferente fue estrenada en La Habana en el año 2015 y la hemos reestrenado en Madrid (conmigo ahora en el elenco) hace alrededor de dos años. El público español, generalmente, se sorprende muchísimo al ver esta obra. No es costumbre ver en los teatros españoles propuestas como esta, pero aun así es un público que mayoritariamente se implica y disfruta. Recientemente terminamos unas funciones en Barcelona y pronto tendremos nuevas fechas.
―Betiza, ¿qué es lo que más extrañas de Cuba?
―Extraño a mi familia y a mis amigos que aún viven allí.
―¿Y lo que menos?
―Cuba como país, como espacio donde querer vivir.
―¿Cómo se relaciona Betiza con las redes sociales?
―Yo soy muy poco constante con las redes sociales. Me gustaría poder ser una persona activa, que encuentra una voz mediante ellas, pero no es así. Soy bastante tímida en ese aspecto y no me gusta nada alardear. Entonces tenemos una relación compleja, porque soy consciente de que son una herramienta para mi trabajo como actriz, pero no me gusta que consuman todo mi tiempo.
―Además de tu Instagram profesional también manejas la cuenta @comermeflipa, donde hablas de comida. ¿Cómo surgió esta idea y cuáles son los planes que tienes con esta cuenta?
―Esto surgió una noche en un restaurante en Oviedo, Asturias: comiendo me di cuenta que si alguna vez iba a hacer algo relacionado con las redes sería desde la comida, porque es un lugar feliz para mí. Mi intención es compartir mis “descubrimientos culinarios” con la gente a la que le interese y que en algún momento esta página se convierta en un espacio de confianza donde descubrir lugares, recetas, etc.
―¿A qué dedica Betiza su tiempo actualmente? ¿Dónde estás trabajando?
―Actualmente sigo formándome y aprendiendo cosas. Estoy estudiando danza contemporánea y la semana próxima comienzo los ensayos de una obra de teatro que estrenaremos a principios de julio en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro, aquí en Madrid.*
―¿Hay algún proyecto futuro del que puedas comentarnos algo?
―Acabo de terminar el rodaje de una comedia española. Los directores de Buscando a Coque, Teresa Bellón y César F. Calvillo, son increíbles y estoy muy feliz con esta oportunidad. Tuve el placer de trabajar con buenísimos actores, con una maravilla de equipo técnico y de hacer comedia en cine por primera vez.
―Las nueve preguntas personales de Hansel:
Una película: As Bestas.
Una canción: Construção, de Chico Buarque.
Un libro: El color púrpura.
Una ciudad: Madrid.
Un olor: El malecón de La Habana.
Un sabor: Frijoles colorados.
Una persona: Mi madre, Cecilia.
Una red social: Instagram.
Un sueño: Vivir en New York y hacer teatro allí.
―Un mensaje a los cubanos de la Isla:
―Tenemos derecho a tener una vida digna, a soñar, a disfrutar, a ser feliz. Nos han enseñado que somos lo último de la ecuación y que tenemos que agradecer eternamente sin cuestionarnos nada. Tenemos que creer que merecemos algo más, mucho más.
* A la fecha de publicación de esta entrevista, supimos que la obra de teatro «Celestina», versión de Norge Espinosa sobre el original de Fernando de Rojas, y dirigida por Carlos Díaz, se estrenó el sábado 1 de julio en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares en Madrid como parte del Festival Iberoamericano del Siglo de Oro. El elenco está conformado además por Rone Reinoso, Grisell Monzón, Carlos Busto y Georbis Martínez entre otros