Pensaba que cuando saliera de Cuba por primera vez mi reacción natural sería no volver. Pero regresé y a la altura de hoy no sé por qué exactamente. El asunto es que viajé tres veces y retorné antes de decidir la salida definitiva junto a mi familia. En todo ese tiempo viví de cerca y fui parte de campañas de solidaridad, de acciones de protesta y de activismo político.