La reciente visita a Cuba de Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, fue recibida con la huelga de hambre de unos 15 presos políticos. Sin embargo, el jefe de la diplomacia europea, se fue a comer pastel de guayaba a La Habana Vieja y nunca mencionó, que se sepa, a los presos políticos.