Ilustración: Julio Llópiz-Casal
Erik Ravelo dibuja rayitas blancas sobre un fondo negro. Una, dos, tres… siete rayas. Repite el proceso muchas veces. Hacer el dibujo le toma toda la noche, pero él está decidido a quedarse despierto para terminarlo. Cuando acaba se puede ver que las rayas forman un rostro: es Luis Manuel Otero Alcántara, miembro del Movimiento San Isidro (MSI) y uno de los más reconocidos artistas cubanos críticos d el Gobierno, en prisión desde las manifestaciones del 11 de julio de 2021 (11J).
Las rayas o marcas de conteo simbolizan los días que Otero Alcántara ha estado preso. Si se toma el 11J como el día uno y se cuenta hasta el 30 de noviembre de 2022, el día en que Ravelo acabó su dibujo, tenemos en total 507 rayas, 507 días de cárcel.
Ravelo titularía su obra “No me pongan en lo oscuro”, una referencia directa al poema “Versos sencillos XXIII”,de José Martí, héroe nacional de Cuba y personaje histórico de las luchas por la independencia.
El retrato fue expuesto en el Museo Americano de la Diáspora Cubana de Miami, como parte de la exposición Freedom Basel, que fue patrocinada por Umbrella Art Foundation y la Fundación Víctimas del Comunismo. Además de Ravelo, en la muestra participaron los artistas Floyd the Rock Artist, Danilo Maldonado, Ana Olema, Hamlet Lavastida y Camila Lobón, entre otros.
“La conexión con Luisma creo que es de vida, de alguna manera, por todo lo que ha hecho en Cuba. Yo me he sentido muy identificado desde el inicio con todo eso”, dijo Ravelo a YucaByte.
Erik Ravelo es un escultor, pintor y director creativo que nació en La Habana en 1978. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y en 1996, cuando tenía 18 años, decidió emigrar a Argentina para perseguir su sueño de trabajar libremente como artista.
Una de las obras más destacadas de Ravelo fue la campaña “Los intocables”, donde buscaba crear conciencia sobre algunos de los factores que amenazan la infancia en el mundo contemporáneo. Otros de sus proyectos destacados son “Unhate” e “Imperdonables”.
El artista también vivió durante años en Italia. Actualmente reside en la ciudad de Miami. “Yo trabajaba para [el grupo] Benetton. Me ocupaba de otras cosas, pero después de lo que pasó con el MSI sentí la necesidad de dedicar mi tiempo y mi esfuerzo en tratar de apoyarlo”, aseguró.
El MSI es un grupo de artivismo cubano con enfoque social que ganó relevancia en 2018 al oponerse al Decreto-Ley 349, un instrumento legal impulsado por el Gobierno que pretendía regular la libertad de expresión, especialmente en el arte. Desde entonces, varios de sus miembros, incluido Otero Alcántara, recibieron no pocas detenciones, acoso policial y vigilancia por sus performances contestatarias.
Varios de los integrantes de este grupo protagonizaron en noviembre de 2020 los llamados “Sucesos de San Isidro”. Otero Alcántara y el rapero Maykel Castillo iniciaron una huelga de hambre y sed, que luego fue solo de hambre, como protesta por el arresto del rapero Denis Solís. A la protesta se unieron más de una decena de personas, que se acuartelaron durante varios días en la vivienda de Otero Alcántara, en la calle Damas 955, hasta que la Seguridad del Estado los desalojó de forma violenta. La detención de los huelguistas y sus acompañantes desencadenó una protesta ciudadana frente al Ministerio de Cultura.
Ravelo cree que el MSI es el movimiento más importante del arte contemporáneo en Cuba. “Yo reconozco eso y me siento atraído e ilusionado por ello”, afirmó.
Cuando se mudó a Miami, el artista cubano de 44 años tuvo la oportunidad de conocer a Anamely Ramos y Claudia Genlui, activistas del MSI, críticas del poder en Cuba y cercanas a Otero Alcántara. “Siempre estuvo ese deseo de hacer algo juntos porque tenemos muchas cosas en común en nuestro trabajo”.
“Esto de los días preso era una cosa que tenía en la nube de las ideas desde hace tiempo”, declaró Ravelo. “Claudia me invitó a formar parte de la exposición, lo cual me llena de orgullo”.
Arte cubano en Miami
Claudia Genlui, quien fue la curadora de la exposición Freedom Basel, resume la idea de la muestra en diluir los límites entre lo de adentro y lo de afuera, en referencia a quienes residen fuera de la Isla y a quienes siguen viviendo en ella. “Al final de alguna manera seguimos conectados con Cuba, todos seguimos haciendo arte con respecto a Cuba y a mí siempre me gusta apelar a la fe y a la esperanza que genera el arte”, explicó Genlui a YucaByte.
La curadora ha sido la encargada de llevar algunas de las obras de Otero Alcántara a galerías de arte en Estados Unidos. En mayo de 2022 presentó la exposición “Alcántara, un artista en prisión”, en el corazón de la Pequeña Habana, en Miami. En esta ocasión, la exposición presentada fue “El gato de Schrödinger”.
“El gato…” fue producido en Estados Unidos con el asesoramiento de Otero Alcántara desde la prisión de máxima seguridad de Guanajay donde se encuentra. Según Genlui, en esta ocasión la obra “es un llamado que hace Luis Manuel a artistas en todo el mundo a que se sumen justamente al conteo de los presos políticos para hacer referencia a su sacrificio”.
El gesto artístico que es “El gato…” consiste en grafitear marcas de conteo, rayitas, como símbolo del tiempo robado por el Gobierno cubano a los presos políticos. Es ahí donde entró Erik Ravelo, quien reinterpretó la obra de Otero Alcántara y, de alguna manera, lo retrató.
Esa no fue la primera vez que Ravelo le dedicara sus esfuerzos artísticos a las causas que defiende o representa el rostro más visible del MSI.
En 2021, la organización Amnistía Internacional y Ravelo lanzaron la campaña “La llama eterna” en apoyo a Otero Alcántara. En aquel momento, varias de las últimas obras del artista habían sido confiscadas por la Policía y este, en un intento por recuperarlas, inició otra huelga de hambre y sed.
Sobre esta campaña, Ravelo dijo que representó “la llama de la libertad: una llama que nunca se apaga, una acción contemporánea que nunca termina y que se mantiene viva gracias a nuestra solidaridad con los artistas que defienden la libertad de expresión”.
En la exposición de “El gato…”, en cambio, Ravelo se expresó de forma más melancólica. “Yo he vivido todo con un poco de tristeza”, comentó. “Por eso quise hacer el retrato. Es él. Esos son sus días. Él es el que, a lo mejor, debería estar aquí. Nosotros tenemos esa libertad, él no. En realidad, vine también por eso, porque me parece que tengo la posibilidad de hacer algo que él no puede y de alguna manera me siento responsable”, declaró.