En el contexto del 1er aniversario del 11J, el gobierno cubano ha tratado de posicionar en redes sociales una etiqueta impulsada por cuentas que tienen un comportamiento similar a bots para tratar de invisibilizar los reclamos de parte de la ciudadanía. Al mismo tiempo, una ola represiva ha tratado de silenciar a activistas críticos mediante amenazas e intimidación