Ilustración: Alejandro Cañer
El 10 de mayo, autoridades gubernamentales de Cuba en materia de telecomunicación compartieron en redes sociales que la intención del estado era actualizar la política de transformación digital para avanzar en la informatización de la sociedad, un sector que han calificado de “estratégico” y “urgente”.
Mayra Arevich Marín, ministra de Comunicaciones (Mincom), dijo en una reunión del Consejo Nacional de Innovación (CNI), organismo encargado de asesorar a la presidencia en materia de gobernabilidad, innovación y desarrollo económico, que la Política para la transformación digital de Cuba era un paso superior en la política de informatización y que ponía en el centro a las personas.
La Política para la transformación digital en #Cuba enriquece y actualiza la Política integral para el perfeccionamiento de la informatización de la sociedad, no la sustituye. Es una etapa superior que hace énfasis en los procesos y tiene como núcleo central a las personas. https://t.co/7YE52OhY1D
— Mayra Arevich Marín (@MayraArevich) May 10, 2022
En la misma línea, Jorge Luis Perdomo, viceprimer ministro de la República de Cuba y anterior titular del Mincom, escribió en su cuenta de Twitter que era necesaria la alineación y creación de infraestructuras con el cambio cultural necesario para transformar procesos empresariales y administrativos.
De acuerdo con el diario oficialista Granma, el objetivo de estas actualizaciones es que la sociedad cubana se convierta en una “sociedad digital, inclusiva, participativa” y “basada en derechos”.
Sin embargo, el gobierno cubano ha sido señalado frecuentemente por la violación de los derechos digitales de sus ciudadanos. Según un informe publicado en abril de este año por Access Now, una organización sin ánimo de lucro que defiende los derechos digitales de los usuarios en riesgo alrededor del mundo, Cuba fue el único país del continente americano en cortar el internet a sus nacionales en el año 2021.
En el documento se lee que durante las protestas del 11 de julio de 2021 (11J), el gobierno impuso un corte completo del servicio. “Incluso luego de restaurar el acceso, las autoridades bloquearon WhatsApp, Telegram y Signal”.
Durante esas fechas también se restringió el uso de VPNs, y el servicio de mensajería de ETECSA, la única compañía de telefonía permitida en el país, prohibió palabras como “libertad”, “comunismo” o la propia “VPN”. El reporte también denuncia que, en 2021, a varias personas —principalmente periodistas y activistas— se les confiscó su tarjeta SIM como medida de coacción, dejándolas incomunicadas.
Pero esta no es la primera vez que entidades internacionales denuncian las violaciones que comete el gobierno cubano. Recientemente dos textos, uno del Departamento de Estado de Estados Unidos y otro de la Unión Europea (UE), evaluaron el estado de los derechos digitales en la isla en 2021.
En el del Departamento de Estado se informa que en el curso del año, y especialmente durante las manifestaciones del 11J, el poder en Cuba “restringió el acceso a internet a través de la limitación del ancho de banda, algo que reduce drásticamente la velocidad de conexión, implementó censura dirigida a individuos específicos y deshabilitó físicamente la posibilidad de conexión” durante las protestas.
El de la UE argumentó que sitios webs pertenecientes a medios críticos con el gobierno son constantemente bloqueados en la isla, y que es difícil dar un listado preciso de cuáles son los perjudicados, pues varía con el tiempo.
Por otro lado, hasta el día de hoy, se ha documentado que hasta 52 personas han sido multadas con el Decreto-Ley 370, que penaliza la difusión de opiniones en redes sociales o medios de prensa que el gobierno considere sean contrarias “al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”.
Un mes después de los sucesos del 11J salió a la luz el Decreto-Ley 35, un tipo de ley mordaza similar al 370 y que según el Departamento de Estado estadounidense limita de gran manera “la libertad de expresión y el disenso”. Al igual que el otro decreto, este criminaliza términos que no están especificados en el cuerpo del artículo ni en ningún otro documento legal válido en Cuba.
Tecnología vieja y conexiones lentas
En una entrevista, Daniel Sepúlveda, subsecretario adjunto de estado y coordinador de Estados Unidos para las comunicaciones internacionales, comentó que Cuba era el país más desconectado del hemisferio no por causa del embargo ni de las tecnologías, sino por una decisión de políticas públicas.
¿Es esto cierto?
Una investigación de YucaByte reveló que entre 2005 y 2019 el gobierno cubano ingresó 21.582 millones de dólares por la exportación de servicios de telecomunicaciones. Si promediamos esta cifra tenemos 1.438 millones de dólares al año.
En ese mismo período de tiempo, encontramos que el gobierno gastó en equipos de telecomunicaciones solo 1.975 millones de dólares, lo que constituye la décima parte del total ingresado. Es decir: en 15 años, el estado cubano solo invirtió el 10 por ciento de lo que ganó.
Además, según un estudio realizado por los economistas Laura Galeano y Juan Triana, para superar la brecha de suscripción a la telefonía móvil, banda ancha e internet entre Cuba y países latinoamericanos se necesitarían cerca de 320 millones dólares anuales desde 2017 hasta 2030. Si tomamos como muestra los 1.438 promediados entre 2005 y 2019 y le restamos los 320 millones necesarios, aún sobrarían 1.118 millones por año.
En mayo de 2021, varios clientes de ETECSA tuvieron un debate en redes con Frank Pavón, director adjunto de la empresa, en el que se quejaban por esta falta de infraestructura. El directivo negó sus experiencias y declaró que cada día se instalaban dos o tres nuevas radiobases en el país, pero lo cierto es que esta tecnología, por sí misma, no garantiza una mejor calidad de conexión.
A principios de este mes, usuarios del servicio de ETECSA reportaron una drástica disminución de la velocidad de conexión. Mientras Arevich Marín publicaba en su cuenta gubernamental que la transformación digital involucraba a la ciudadanía, le respondían que dicha transformación requería de la calidad y estabilidad de los servicios de datos, algo que su compañía no había garantizado.
A eso se le suma que en estos días otras personas han denunciado la incapacidad de conectarse en el horario nocturno y han recordado a ETECSA su dependencia de este servicio tan costoso para trabajar.
Los problemas con la conexión en Cuba no suponen nada nuevo. Los reportes de interrupciones y cortes son algo común, tanto en 2022 como en años anteriores. En el verano de 2019, a menos de diez meses de haberse regularizado la conexión por datos móviles en Cuba, dos hashtags que demandaban precios más bajos y una mejor conexión se popularizaron. Fueron #BajenLosPreciosDeInternet y #ApagonETECSA.
La situación, a día de hoy, no parece muy distinta.