Ilustración: Julio Llópiz-Casa
El gobierno de Canadá no descarta que en Cuba sucedan otras manifestaciones similares a las ocurridas el pasado 11 de julio. Así lo advirtió, apenas un día después de las protestas, a aquellos ciudadanos que deseen visitar la Isla.
Exactamente tres meses después, el gobierno canadiense actualizó su lista de recomendaciones a los viajeros a Cuba, agregando que, en caso de manifestaciones de la población o reuniones no autorizadas por las autoridades de la Isla, el gobierno puede interrumpir el acceso a internet y a plataformas online sin necesidad de avisar previamente de esta medida.
“Las autoridades locales pueden disolver manifestaciones políticas o reuniones no autorizadas por el gobierno. También pueden bloquear el acceso a internet, incluidas las redes sociales, sin previo aviso. Incluso las manifestaciones pacíficas pueden volverse violentas en cualquier momento. También pueden provocar interrupciones en el tráfico, el transporte público y los servicios esenciales”, puede leerse en el sitio web gubernamental de este país norteamericano.
A pesar de los intentos por parte de las autoridades cubanas de evadir las acusaciones sobre los apagones de internet y el bloqueo de plataformas como redes sociales y servicios de mensajería online, el gobierno canadiense parece haber basado sus recomendaciones en otras fuentes. Son varios los observatorios de internet y las ONG internacionales que denunciaron la aplicación de estas medidas durante las protestas del 11J. Algunas de ellas fueron: Kentik.inc, Access Now, Open Observatory of Network Interference (OONI), NetBlocks, Center for Applied Internet Data Analysis (CAIDA), Human Rights Watch (HRW) y Freedom House. Sobre estas violaciones de derechos digitales en Cuba también se ha pronunciado Naciones Unidas, el gobierno de Estados Unidos, el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe de España, eurodiputados del Parlamento Europeo, así como miembros del sindicato de telecomunicaciones estadounideses CWA 7250 y directivos de la mega empresa tecnológica Microsoft. El gobierno cubano, además, legalizó en 2021 la aplicación de cortes generalizados y selectivos de internet mediante el Decreto Ley 35.
Una mala noticia para el turismo
Con “la nueva normalidad” y la reapertura de los vuelos internacionales a la Isla que siguió a las medidas para intentar controlar la pandemia de la Covid-19, el gobierno cubano se muestra optimista en cuanto a la reactivación de su industria turística. En 2021, las autoridades de Cuba crearon 4.000 nuevas habitaciones para turistas, confiando en que el país volverá a ser un destino deseado a nivel global. El propio primer ministro, Manuel Marrero Cruz, aseguró el pasado 15 de noviembre que Cuba “seguirá siendo un destino de turismo de paz”, mientras Juan Carlos García, ministro de Turismo, dijo que las instalaciones para visitantes extranjeros contaban con el sello de “Turismo más higiénico y seguro”.
El gobierno canadiense, sin embargo, no tiene tan claro que las afirmaciones de las autoridades cubanas sean ciertas, al menos desde enero de 2021. Ese mes, Canadá publicó una detallada lista de advertencias sobre Cuba dirigida a sus ciudadanos. Entre otras cosas, llamó la atención sobre los robos de bolsos en áreas turísticas y, sobre todo, en los aeropuertos, donde se extraen artículos injustificadamente hasta de maletas facturadas. Además, la lista menciona a los jineteros y jineteras cubanos, a los que define de la siguiente manera: “se especializan en engañar y estafar a los turistas. La mayoría de ellos hablan algo de inglés o francés y hacen todo lo posible por parecer amigables”.
El gobierno canadiense da cuenta en sus advertencias de casos de acoso verbal y agresiones sexuales a turistas, de la posibilidad de sufrir cortes eléctricos, del mal estado de las carreteras y los problemas para abastecerse de productos de primera necesidad. Sobre el acceso a internet, expresa:
“El acceso a internet sigue siendo limitado. El país tiene el nivel más bajo de conectividad a internet del hemisferio occidental, incluso con la iniciativa del gobierno de establecer múltiples puntos de acceso Wi-Fi en toda la Isla”.
Por su parte, la cadena canadiense de noticias CBC recientemente se hizo eco de las arbitrariedades cometidas contra Michael Carey Abadin, un joven de 19 con nacionalidad cubano-canadiense que fue arrestado por participar en las protestas del 11J. Carey Abadin lleva desde julio en prisión, donde contrajo Covid-19, hepatitis y VHS-1 (herpes no genital), que son enfermedades comunes en personas sometidas a hacinamiento y pésimas condiciones higiénicas. El joven fue trasladado a la enfermería del centro penitenciario Jóvenes de Occidente, y luego reubicado en una brigada de trabajo, según informaron a CBC sus familiares.
Lo anterior puede traer consigo desastrosas consecuencias para el turismo internacional y, por ende, para la economía cubana. Durante los últimos años, Canadá ha sido el mayor emisor de turistas a Cuba, en varias ocasiones con cifras superiores a las de la “comunidad de cubanos residentes en el exterior”. De 2016 a 2019, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la cantidad anual de visitantes canadienses tuvo sus altas y sus bajas, aunque siempre se mantuvo por encima de 1.1 millones de turistas. En 2020, a causa de la pandemia, la cifra disminuyó a poco más de 413 mil.
Desde el año pasado, los ingresos logrados por la industria turística nacional no han hecho más que decrecer. Los beneficios totales del turismo extranjero fueron en 2020 de 1.137.1 millones de pesos (convertibles), lo que representa menos de la mitad de lo alcanzado en 2019. De estas ganancias, el 90% quedó en manos del Estado, mientras que el sector privado pudo obtener un 9% y el del transporte el 1%.
En lo que va de 2021, según la ONEI, el sector del turismo en Cuba se encuentra en estado crítico. Hasta octubre de este año, solo han arribado a la Isla unos 319.852 viajeros, lo cual representa el 25,6% de la deprimida cifra mostrada en el mismo período del 2020.