El celular del chofer estaba de lado y sobre la pizarra de la guagua. Era un Alcatel. Uno de los más viejitos, aunque lucía nuevo, con una pantalla que cabe casi cuatro veces en la pantalla de cualquier smartphone de hoy, y un teclado alfanumérico, aquellos donde había que darle hasta tres veces a la tecla 3 para que saliera una letra i, por ejemplo. Un Alcatel One Touch 1052G.