Foto tomada de perfil en Facebook de Beatriz Batista.
En la mañana del martes 12 de noviembre, 12 activistas por la protección y el bienestar animal se reunieron con seis funcionarios del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP). Solo 24 horas antes, ese mismo grupo y otra veintena de activistas se plantaron frente a la sede del Centro de Observación Canina de Zoonosis en La Habana para reclamar el derecho a la vida de los animales callejeros.
La protesta pacífica se había organizado durante el fin de semana anterior a través de comunicaciones internas entre los activistas (llamadas telefónicas y WhatsApp). Tenían bien claro su propósito: una manifestación que, en primera instancia, lograra realizarse y que, en segunda, no diera lugar a posibles interpretaciones de desorden público.
Decidieron no compartir la convocatoria en redes sociales. Optaron por un grupo pequeño pero efectivo.
“Si se publicaba en las redes sociales iba a asistir una cantidad excesiva de personas, la mayoría personas eufóricas a las que les gustan los animales, pero no que conocen el movimiento animalista, ni qué defiende ni qué busca”, explicó a YucaByte Sergio Boris Concepción Silva, uno de los activistas presentes en la protesta y luego en la reunión con las autoridades.
En la convocatoria masiva estaba la posibilidad “de que hubiese agresiones y careos, que luego podían llevar a caer en ilegalidades. No queríamos eso. Queríamos una manifestación pacífica, en la que no hubo consigna, en la que no se gritó, en la que los carteles hablaban”.
El método de un aviso discreto quizás es parte de un aprendizaje colectivo. La marcha de la comunidad LGTBI+ cubana que terminó en una serie de arrestos violentos, y la segunda protesta pacífica de SNET, desmantelada incluso antes de comenzar por intervenciones de la Seguridad del Estado, pudieron ser los antecedentes de ese aprendizaje.
Sergio Boris cuenta que el primer grupo de activistas, entre los que iba él, llegó muy temprano en la mañana del lunes 11 de noviembre al lugar de la manifestación frente al Centro de Observación Canina, en el municipio La Lisa, al oeste de la capital. Así que decidieron esperar en la carretera “a que llegaran la prensa y todos los demás”.
Como parte de la organización de la protesta, los activistas habían llamado, también con prudencia, a la prensa independiente para garantizar la cobertura del suceso.
Cuando estuvieron todos presentes, “pedimos hablar con algún técnico para que nos dieran los perros, y nos dijeron que no habían llegado. Ahí mismo sacamos los carteles, se dio la cobertura y salió al mundo, por Facebook, por las redes sociales”, relata el joven de 19 años.
“Al momento salió un trabajador, el que limpia las jaulas y da mantenimiento, a tratar de mediar, cosa que no logró porque nuestro objetivo no era hablar con él. Pasada media hora o 45 minutos, llegó la policía, con el Partido [dirigentes del Partido Comunista de Cuba, PCC], la Juventud [Unión de Jóvenes Comunistas, UJC], y las fuerzas especiales con una camioneta para montarnos. Pero se dieron cuenta que éramos una manifestación pacífica, y que no nos salíamos de ningún contexto que no fuera el animal”.
Foto tomada de perfil en Facebook de Beatriz Batista.
Una vez allí fue que varios manifestantes publicaron la convocatoria en sus muros de Facebook, para que todo el que quisiera y pudiera participar, lo hiciera. Algunos vecinos también se sumaron.
Luego Sergio, junto a las activistas Beatriz Batista y Gilda Arencibia, establecieron un diálogo con trabajadores de Zoonosis y las autoridades allí presentes, en el que se acordó realizar una reunión al otro día, entre algunos de los activistas y funcionarios del MINSAP. Antes de marcharse, los animalistas lograron rescatar 11 perros de las jaulas de la institución.
En un post publicado el lunes a la 1:13 pm en su muro de Facebook, Batista comentó que eso “era exactamente lo que queríamos: que nos escucharan, que nos vieran y nos tomaran en serio”.
Lo que sí se convocó públicamente desde el domingo en la tarde fue un tuitazo (campaña en Twitter), justo para la misma hora en que ocurriría la protesta del lunes: 8:00 am.
De acuerdo con Proyecto Inventario, “286 usuarios únicos salieron a Twitter el 11 de noviembre a protestar contra los maltratos de Zoonosis y a exigir protección para los animales usando las etiquetas #LeyDeProtecciónAnimalCubaYa, #ZoonosisAsesinos y #ZooNazis”.
Gráfica elaborada por Proyecto Inventario.
Ante la presión generada en redes sociales y durante la protesta, donde los manifestantes mostraron la firme determinación de no abandonar el lugar hasta ser atendidos, las autoridades del MINSAP se reunieron con los activistas el martes 12 en el Instituto de Higiene y Epidemiología.
Un post de Facebook de Beatriz Batista reveló los temas debatidos: métodos de recogida, alimentación y sacrificio, necesidad de campañas comunicativas y concientización, y la tan exigida Ley de Bienestar Animal. Los funcionarios dijeron estar trabajando con el Ministerio de la Agricultura (MINAG) en una legislación al respecto.
Horas después, animalistas que asistieron a la reunión denunciaron la manipulación de sus teléfonos celulares, que les fueron retirados antes de pasar al salón.
A esa denuncia se sumó después otra, de la protectora Maite Hernández Páez: el programa Hola Habana, de la televisora capitalina, aseguró que no había maltrato animal, que las fotografías eran falsas, y “que todo el que estaba comentando en las Redes con respecto a esto estaba mal informado”.
Las fotografías en cuestión se viralizaron la semana pasada durante la recogida de animales callejeros con motivo de la visita de los Reyes de España. Aunque el presidente de la Sociedad Cubana de Botánica, Alejandro Palmarola, comentó que se estaban publicando fotos viejas, al final se demostró que la práctica abusiva era la misma.
De ahí surgió la idea de la protesta. Los animalistas estaban hartos.
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Los sucesos de esta semana provocaron el anuncio de otros eventos: recogida de firmas, ventas de garajes, donaciones, y una marcha convocada para el próximo sábado. Sin embargo, algunos de los activistas presentes en la protesta del lunes pidieron todo lo contrario. En un post en el grupo de Facebook, Cuba contra el Maltrato Animal, Valia Rodríguez, quien también estuvo en la reunión, anunció que “en medio de una negociación con las instituciones del Estado cubano en la cual radica la posibilidad de un cambio para nuestros animales, y donde estamos y estaremos discutiendo todos los temas/puntos que hemos demandando por tanto tiempo, es un acto insensato ir a una manifestación y recogida de firmas pública en el medio del Vedado. (…) No se trata de manifestarse por manifestarse. Se trata de lograr progresos por los animales y estamos en el camino POR PRIMERA VEZ.”
Según Sergio, la marcha “no está convocada por el grupo que organizó la protesta en Zoonosis. De hecho, es algo contraproducente para lo que estamos haciendo.
“La protesta está en conocimiento de la Seguridad del Estado y están a la viva por esto. Lo único que va a armar es caos, porque son gente que no conocen la causa animalista. Hay falta de documentación de muchas personas que creen estar ayudando y lo que están es entorpeciendo en el avance del movimiento”, comentó el joven.
Las exigencias por la Ley de Bienestar Animal no son nuevas en el contexto cubano. El pasado 7 de abril se logró la primera marcha de un grupo de la ciudadanía, los animalistas, con autorización del gobierno. Dos semanas después se supo que el vicepresidente del gobierno “del municipio habanero Plaza de la Revolución, Pedro Pablo Hernández Herrera, fue sustituido de su cargo”.
Al momento de redactar esta nota, los activistas que asistieron a la reunión, esperan un próximo encuentro con con autoridades del MINAG, que debe ocurrir este viernes.
Sergio Boris Concepción afirma que los objetivos del grupo a largo plazo son “primeramente, terminar con las poblaciones de animales callejeros, con la esterilización, que es la vía tomada casi por la mayoría de los grupos de protección animal y entidades de Zoonosis en otros países. La esterilización tiene un plazo más largo pero es más efectiva”.
Asimismo, se precisa “lograr que los animales sacrificados sean por focos de enfermedades transmisibles, de una manera digna, sin sufrimiento. Y que Zoonosis trabaje en colaboración con los grupos de protección de animales”.
Mientras tanto, algunos activistas continúan abogando en redes sociales por que no se organicen nuevas acciones públicas hasta tanto concluyan las negociaciones con las entidades gubernamentales.