Jóvenes cubanos usan teléfonos inteligentes para conectarse a internet en La Habana. Foto: Norges C. Rodriguez.
Por Jorge Noris Martínez y Alberto C. Toppin
Happy Coding!
Terminar un anuncio con esas dos palabras podría parecer descabellado, ingenuo y hasta bizarro, pero tenían sentido el 23 de septiembre de 2008. Ese día, desde California se liberaba la primera versión comercial de Android, el sistema operativo construido a partir de Linux y que en apenas una década llegaría a ocupar el 80% del mercado telefónico mundial, muy por encima de rivales como iOS y el ahora descontinuado Windows Phone. Sin embargo, esa expectación, si se vivió en Cuba, fue mínima, por no decir nula.
La expectación en este país, o al menos el interés real, se lo había llevado hacía unos meses la resolución ministerial que permitía a los cubanos comprar una línea de telefonía móvil por más de 100 dólares sin incluir el dispositivo. En apenas diez días se compraron 7 400.
Varios años tuvieron que transcurrir para que en el archipiélago comenzaran a verse en manos cubanas los primeros dispositivos Android. Rastrear los inicios de esa invasión no es nada fácil, pero afortunadamente existen huellas.
Los asteriscos de la programación
Aunque no hay cifras oficiales de cuántos teléfonos Android se conectan hoy a las redes de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), no cabe duda de que dos flexibilizaciones administrativas influyeron en el crecimiento del número de estos dispositivos móviles en el país. Una de ellas fue la ampliación del sector privado en 2010: bajo la licencia de Reparador de Equipos Eléctricos y Electrónicos, se abrieron cientos de talleres que, al menos en los primeros 7 años, no pararían de crecer en cantidad.
La modificación de las normas aduaneras en 2014 también dejaría un saldo positivo en este ámbito. Importar dos celulares significaba, obviamente, ceder uno, mientras que el catálogo de ventas de equipos de este tipo por la parte estatal no era nada amplio.
En un escenario así, no tardarían en programarse soluciones informáticas para determinados problemas de la telefonía móvil. Por ejemplo, ya en 2013 existían aplicaciones que permitían realizar llamadas de cobro revertido a partir de los contactos del teléfono. Una de ellas fue *99, creada dentro del proyecto Xauce Móvil de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), aunque más tarde fue superada por otras con funcionalidades complementarias como la consulta de saldo y la identificación de quien llamaba a pesar de la numeración adicionada por el proveedor. Sin esta última característica, para conocer el remitente inicial era preciso colgar, eliminarle códigos al número (00 y 88 para las llamadas gratuitas y 99 para las de cobro revertido) y volver a llamar.
Las nuevas aplicaciones comenzaron a surgir fundamentalmente cuando, violándose el artículo 31 de la concesión administrativa de 2003 a Etecsa para la prestación de servicios públicos de telecomunicaciones, se filtraron las bases de datos con información privada de todos los abonados telefónicos, incluyendo su número de carné de identidad y su dirección de residencia. Las vías de expansión, por supuesto, fueron offline: desde la transferencia de archivos mediante una red inalámbrica local (WiFi o Bluetooth) hasta la copia de la apk en dispositivos de almacenamiento para su posterior instalación en los teléfonos móviles.
No podía ser de otra manera. Hasta 2014, descargar una aplicación de la Google Play desde una dirección IP cubana era imposible debido a restricciones relacionadas con la permanencia del país caribeño en la lista estadounidense de naciones patrocinadoras del terrorismo. Encima, disposiciones del bloqueo económico impedían a los programadores cubanos publicar aplicaciones en la tienda del buscador: al no poder acceder a tarjetas de crédito de reconocimiento internacional como MasterCard, Visa o American Express, no podían –ni pueden actualmente– abonar de manera directa los 25 dólares para crearse una cuenta en Google Play Console.
No obstante, si se analizan las características de la Play Store, se llega a la conclusión de que no viene como anillo al dedo a las condiciones de baja e intermitente conectividad de la isla. Todo por una simple razón: no permite descargar las bases de datos con que funcionan buena parte de las apks cubanas en ambientes sin conexión a internet.
La primera tienda no nació en La Habana
En el mismo año en que Google decidió permitirles a los cubanos descargar aplicaciones desde su plataforma, en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas se estaba concibiendo un sistema semejante que acercara aún más el mundo Android a estudiantes y profesores, redujera el tráfico en internet e hiciera desaparecer algunos pasos engorrosos de la instalación offline. La propuesta vino de la tesis de Carlos Javier García Julián, de la Facultad de Matemática, Física y Computación, y se denominó inicialmente Jaas, –siglas del inglés “Just Another Android Store”, en español “Solamente Otra Tienda Android”.
La tienda se crearía a partir de F-Droid, un repositorio de aplicaciones construido con software libre que por defecto no requiere la autenticación del usuario para efectuar descargas ni guarda historiales. Para diciembre de 2014, ya estaba disponible la primera versión para usuarios de la universidad –llamada Android UCLV–, y en el mismo año, con el fortalecimiento del sistema de universidades a nivel de conectividad, era accesible desde varios puntos del país, incluidos algunos centros de investigación no educacionales. Sin embargo, hasta enero de 2018 el resto de los ciudadanos no pudo entrar al sitio. En ese intervalo de poco más de 3 años, surgiría una nueva tienda, pero no alojada en un dominio cubano.
Según un reporte de IPS Cuba, CubAPK fue creada en noviembre de 2016 por un grupo de desarrolladores cubanos pertenecientes al proyecto OPENJAF. Una de las razones de su surgimiento sería la carencia de vías expeditas de distribuir las aplicaciones de los programadores cubanos más allá del Paquete Semanal y los talleres de reparación de celulares.
A decir de Raúl Pérez-Alejo, uno de los fundadores, CubApk buscaba ser “un espacio donde los desarrolladores cubanos puedan mostrar todo su talento”. Las apks se subían de forma gratuita previo contacto con el equipo, y existía la posibilidad de almacenamiento adicional para las bases de datos de las aplicaciones, aunque, según el propio desarrollador, no fue una opción muy demandada debido al precio. Para obtener algún fichero de instalación, se requería –y se requiere– una autenticación previa, con el propósito de “medir la popularidad de las aplicaciones a partir de la cantidad de descargas realizadas por una única persona”.
Dos años más tarde, Raúl daba más detalles del proyecto en uno de los fórums de F-Droid: en un principio, instalaron una versión de la plataforma libre tal como en la universidad Marta Abreu, pero solo para almacenar las apks en la base de datos del proyecto. Posteriormente, él incluyó características de F-Droid en la aplicación que gestiona las descargas. Al año, decidió hacer sustentable a CubAPK mediante anuncios de internet, y para agosto de 2018 había creado una sección destinada fundamentalmente a youtubers cubanos. Un mes antes, la revista Vistar contabilizaba más de cien aplicaciones.
En su comentario, Raúl también decía al resto de los miembros que desde hacía poco CubAPK tenía un competidor al que varios medios cubanos de prensa le habían hecho promoción. Se trataba de Apklis, la plataforma de aplicaciones desarrollada por la UCI y Etecsa y que no se limitaba solamente a las apks cubanas, aunque sí era invisible fuera del país.
Apklis fue presentada oficialmente en junio de 2018 por el director del Centro de Soporte de la UCI, Alan Pierra, durante el Primer Taller Nacional de Informatización. Tres meses después y estando la plataforma aún en fase beta, se habían efectuado en ella casi 2 millones de descargas, es decir, contaba con muchísima aceptación. De las 10 aplicaciones más descargadas hasta ese entonces, 5 eran cubanas.
El pasado 8 de febrero, esta tienda enlistaba 143 aplicaciones en la categoría Cuba.
Sin embargo, si se considera que este “Google Play cubano” vio la luz de las redes 8 años después de F-Droid, 4 después de Android UCLV y 2 después de CubAPK, es de percibirse que la programación de aplicaciones, al menos en la UCI, está despegando con cierta efectividad, pero de forma tardía. No es fortuito: esta disciplina no está dentro del currículum obligatorio de los estudiantes, sino que forma parte de las asignaturas optativas que varían de un curso a otro. Encima, fue hace solamente 2 años cuando, como parte de la I Jornada Científica del Ingeniero en Ciencias Informáticas, ocurrió el primer Festival de Aplicaciones Móviles en este centro.
No es un blog, es una familia
Una hora antes de Obama y Raúl Castro anunciaran el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en diciembre de 2014, nació el blog Tu Android en la plataforma cubana Reflejos. Su idea inicial era dar a conocer aplicaciones útiles y ampliar la cultura tecnológica tanto de desarrolladores como usuarios. En enero de 2015 publicaba ya una aplicación cubana: un widget sencillo que ofrecía información del clima y que, dadas las características de la navegación desde los centros de trabajo, contaba con posibilidad de introducir la dirección de un proxy.
Los resultados no se hicieron esperar: un día cualquiera de abril de ese año, cuatro meses después de su apertura, el blog podía recibir por encima de 200 visitas. La sección más popular en ese entonces era, precisamente, Compartiendo Apk. Por supuesto, la plataforma no estaba optimizada para almacenar archivos de más de 2 megas, así que los administradores del blog usaban dos alternativas. La más común era comprimir los ficheros de las aplicaciones y dividirlos; para obtenerlas, el usuario debía descargar todas las partes y extraerlas del archivo RAR o zip en una misma carpeta. La otra variante era subirla a un servidor ftp de acceso nacional gestionado por alguna institución.
Sin embargo, esa no era la única limitante de Reflejos. Según las Condiciones de Uso, la capacidad de almacenamiento destinada a cada usuario era limitada –hoy es de 250 megabytes– y no se podía ni se puede “realizar publicaciones de servicios, actividades y otros con fines comerciales o de lucro, donde se reflejen las tarifas o precios de las ofertas, sin autorización previa de la plataforma”, cuando algunas aplicaciones eran directorios de negocios privados. El administrador de la plataforma tenía el derecho eliminar el contenido disponible que violara dichas normas.
A pesar de esto, el blog trascendió las fronteras digitales y en febrero de 2017 se convirtió en la comunidad Tu Android, dada la necesidad de intercambiar conocimientos y promocionar las aplicaciones más allá del espacio virtual. Hasta el momento, ha realizado 5 encuentros y, a inicios del 2018, había conseguido una cuenta común en Google Play Console para la publicación de aplicaciones en la tienda del buscador, gracias a Calipso, un grupo argentino productor de software para la planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés). De conjunto con entuMovil –una división de la empresa Desoft–, llevó a cabo los premios Tu Android en febrero del mismo año, donde confluyeron desarrolladores privados y estatales y representantes de la Unión de Informáticos de Cuba y el Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones. Un jurado integrado por especialistas del Departamento de Calidad de Desoft, profesores de la UCI, miembros del staff de Tu Android sin concursar y algunos usuarios galardonaron a cuatro aplicaciones cubanas y una extranjera (Zapya), mientras que los propios usuarios, mediante SMS y el sitio web de entuMovil, votaron por la más popular: ETK.
Hoy día, Tu Android recibe unos 3 000 usuarios diarios en el blog. Y todo parece indicar que la cifra no dejará de crecer, sobre todo porque desde él también se está narrando lo que está sucediendo en Cuba con la llegada del acceso a internet mediante la telefonía móvil el 6 de diciembre de 2018.
Las reseñas que le hiciera Tu Android a Sube y Datos Cuba —y también la existencia de Bajanda—indica que, aunque la mayoría de las aplicaciones mantienen un modelo enfocado en la desconexión, en los primeros 3 meses han surgido otras más adaptadas a entornos con conectividad. Mientras Sube y Bajanda son dos proyectos con un modelo similar a de Uber —los clientes solicitan un taxi a través de la aplicación—, Datos Cuba gestiona los paquetes de datos de internet móvil.
Y, cómo es lógico, no serán las únicas.
Unos comentarios sobre a lo que sobre CubApk se refiere. La entrevista de IPS tiene más de un año, por lo que algunas cosas han cambiado.
– Subir archivos de datos como bases de datos complementarias desde hace mucho tiempo es grátis.
– No es necesario autenticarse para descargar apps, esto fue anunciado hace unos meses en las redes sociales, debido a la cantidad de descargas que tiene la plataforma. Ya no es un peligro que un solo usuario gaste su tiempo descargando varias veces un app para que suba en popularidad.
Gracias por tu comentario, Raúl. Efectivamente: la descarga desde CubApk hoy no requiere autenticación previa, y aunque dices que es gratuito “subir” las bases de datos de las aplicaciones, una breve consulta a las entradas en CubApk destinadas a La Chopi y AlaMesa desde un teléfono nos hizo saber que estas bases de datos no se muestran. Intuimos que no se están subiendo e ignoramos la razón.
Por supuesto, todas estas imprecisiones podrían no haber tenido lugar si hubiéramos obtenido una entrevista con el desarrollador, lo cual no ocurrió a pesar de que la pedimos.
Saludos y esperemos que CubApk siga creciendo como otras plataformas de descargas de apks.