Familia cubana conectada en un punto WiFi de Santiago de Cuba. Foto: Taylor E. Torres Escalona.
Cuando al siglo XX le quedaban tres décadas, los seres humanos empezamos a utilizar la tecnología de una manera que, en poco tiempo, transformó vertiginosamente los modos de interactuar con nuestro ambiente y entre nosotros. La Revolución Digital había llegado y según pasaban los años, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se volvían más transversales a todos los procesos de las sociedades.
Cuba casi se pierde ese fenómeno. Varios factores influyeron pero los más significativos han sido la lentitud (y a veces miedo) con la que han tomado decisiones quienes en el gobierno hacen las políticas públicas relacionadas con este tema; esto, unido a la crispada relación con Estados Unidos que es a fin de cuentas uno de los epicentros de este tipo de tecnología en el mundo, nos dejó como país en los últimos lugares de las listas planetarias de indicadores del sector de las TIC. A pesar de eso recientemente el panorama ha cambiado. El país en el que hasta hace unos años los ciudadanos no podían contratar servicios de telefonía móvil o de internet, donde el gobierno regulaba estrictamente la entrada por sus fronteras de laptops o computadoras de escritorio, hoy cuenta con más de 4 millones de líneas de telefonía móvil activas, con más de una opción para conectarse a internet y con un número considerable de dispositivos (computadoras personales, tablets, laptop) que conviven en la frontera entre la desconexión y la conexión.
Ese nuevo escenario ha propiciado el surgimiento de un atípico “ecosistema” donde coexisten las aplicaciones para dispositivos móviles que funcionan sin conexión a internet o las actualizaciones semanales de software, series de Netflix o telenovelas latinoamericanas. De igual modo las ciudades han visto surgir un entramado de redes alámbricas e inalámbricas que, gestionadas por sus propios usuarios, se convirtieron en una versión en miniatura de la red de redes. Ese mismo ambiente ha sido aprovechado por emprendedores que intentan impulsar negocios utilizando las TIC como plataforma y por medios de prensa nativos digitales que han ido ganando espacios en un panorama mediático que había sido dominado hasta hace unos años por medios estatales.
En ese contexto surge YucaByte, para visibilizar lo que en materia de TIC sucede en Cuba. Queremos analizar temas como la brecha digital condicionada por género, ubicación geográfica o poder adquisitivo, el impacto de las TIC en la educación y salud públicas, en los negocios, la agricultura o en las comunicaciones. También pretendemos analizar el papel que juegan, para este sector, las relaciones internacionales, sobre todo las relaciones Cuba-Estados Unidos, debido al significativo impacto que han tenido y tendrán en el desarrollo de estas tecnologías en Cuba.
Al igual que en el resto del planeta, el desarrollo de Cuba en los próximos años estará indisolublemente ligado a lo que en materia de TIC pueda hacer la sociedad civil, el gobierno y el sector privado. Contar algunas de las historias que surgirán en ese proceso es el principal objetivo de este proyecto.
Genial…Muchas felicidades y éxito!!!👏👏👏👏
Super fantástica esta iniciativa. Les deseo muchos éxitos, porque talento sobra. 👏👏👏
Felicidades por el nacimiento y la creación de un espacio como este de buenas pretensiones, esperemos que muchos aporten y se genere abundancia para todos.
¡Felicidades! Ahora a no detenerse.
Looks good and good content! Congratulations.