Ilustración: Rafael Alejandro García. Tomada de Tremenda Nota.
Por Cynthia De la Cantera Toranzo y Alberto C. Toppin
Quince minutos antes de las nueve de la mañana del sábado 17 de agosto y el parque frente al Ministerio de Comunicaciones (MINCOM) está ya extrañamente lleno de personas. Después de una madrugada lluviosa, uno no esperaría que los asientos de un parque en Cuba se ocupen desde tan temprano, y menos por gente que mira constantemente su celular, conversa para matar el tiempo y otea a su alrededor, como vigilando algo.
Ver policías en las intersecciones de Boyeros y Tulipán, a más de un kilómetro del MINCOM, hace pensar que la mayoría de las esquinas en ese radio tienen, mínimo, un oficial uniformado. Las entradas del parque no son la excepción. En la calle aledaña, frente a la Biblioteca Nacional, hay patrullas rodeadas de agentes.
La razón de tanto despliegue policial es la convocatoria a una manifestación pacífica frente al Ministerio de Comunicaciones. El 29 de julio pasado, la entrada en vigor de las Resoluciones 98 y 99 volvieron ilegal, así sin más, a cualquier red privada de datos de más de dos manzanas de alcance que no esté en manos de una institución controlada por el gobierno. Dentro de esas redes está Snet, que en casi 15 años se extendió por toda La Habana e incluso llegó un poco más allá.
Ya estoy en el parque. Esperamos que poco a poco se sume más gente a nuestra justa causa. #YoSoySnet@camilocondis @Luz_Cuba @yoanisanchez
De momento no somos muchos pero ya viene más gente según me han dicho muchos. Los cubanos siempre llegamos tarde y la reunión era a las 9 pic.twitter.com/fp8bOq0nza— Ernesto De Armas (@RealErnesto95) August 10, 2019
Una semana antes, algunos usuarios de Snet se habían reunido en el mismo parque a exigir que se tuvieran en cuenta sus intereses, después de un proceso bastante largo que incluyó reuniones con funcionarios del MINCOM y el envío de una carta a Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba. En ese entonces les prometieron otra reunión, que resultó en la absorción total de cualquier red comunitaria por Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE), una entidad estatal subordinada al Ministerio de Comunicaciones. En 35 años de existencia, JCCE solo ha logrado conectar por fibra óptica a menos de la mitad de sus instalaciones. La absorción significa el traspaso gratuito de toda la infraestructura de Snet a Joven Club. Y, por supuesto, la idea tiene detractores.
Las actividades de la policía cubana no empezaron el sábado 17 de agosto, ni se limitaron a los alrededores de la Plaza de la Revolución. El miércoles 14, Ernesto de Armas, usuario de Snet que exigía la supervivencia autónoma de la red, denunció que fue detenido y amenazado por agentes de la Seguridad de Estado, situación que lo llevó poco después a desistir de su activismo alegando el sufrimiento que esto provocaba entre algunos miembros de su familia.
Ayer a las 11:45pm +- vino la seguridad del estado a mi casa. Me llevaron en una patrulla. Me amenazaron, me acusaron falsamente de cosas, incluso me amenazaron con la cárcel. Estoy muy triste de que esto suceda solo por defender SNET en mi país. Yo no hago daño a nadie…😢😢 pic.twitter.com/cBJGlBdfGz
— Ernesto De Armas (@RealErnesto95) August 15, 2019
El viernes 16, el director de la revista El Toque, José Jasán Nieves, recibió “recomendaciones” por parte de un oficial del Ministerio del Interior (MININT), para que su medio de prensa no acudiera a cubrir la manifestación convocada. Michel Matos, activista por los derechos culturales, fue detenido el propio viernes. El día en que debió ocurrir la manifestación, no se les permitió salir de su domicilio a un grupo numeroso de periodistas, activistas de la sociedad civil, que van desde el director de la revista El Estornudo, Abraham Jiménez, hasta el artivista Luis Manuel Otero, pasando por Luz Escobar y Yoani Sánchez, periodista y directora de 14ymedio, respectivamente. También retuvieron en su hogar a José Jasán Nieves.
El presidente de la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, Abu Duyanah, el presidente del Club de Escritores de Cuba, Jorge Olivera Castillo, y el activista Hamed Toledo también fueron retenidos en sus viviendas.
#Cuba Varios vecinos nos han señalado los lugares donde están apostados algunos de los ‘segurosos’ del operativo de vigilancia que nos tienen desde temprano para impedirnos salir y reportar sobre lo que ocurre frente al #Mincom. Ni enterrar en paz a nuestra mascota nos dejan… pic.twitter.com/6pu94VJynt
— Yoani Sánchez 🇨🇺 (@yoanisanchez) August 17, 2019
Ariel Maceo, coordinador del grupo Demóngeles y colaborador de la revista audiovisual ADN Cuba, fue arrestado mientras se dirigía al parque. Luis Manuel Otero también denunció el corte de su acceso a Internet, y la periodista de Diario de Cuba, Katherine Bisquet, aseguró haber sido expulsada de su renta.
En las cercanías, los métodos para contener la posible protesta fueron, como era de esperar, semejantes. Lucir joven y rondar la zona era suficiente para que, en el mejor de los casos, agentes vestidos de civil impidieran el paso hacia el parque, bajo pretexto de “amenaza terrorista”; en el peor, que te arrestaran. Un hombre común que parecía estar tomando aire en un banco cerca de la Sala Polivalente podía cruzar la calle de pronto y ser saludado militarmente por el guardia de la puerta trasera del Ministerio del Interior. Que tres jóvenes estuvieran en el Parque de Comunicaciones, conversando frente al MINCOM, garantizaba que en unos 15 minutos un par de agentes les preguntaran qué hacían allí, y si se relacionaba con Snet, los “invitaran” a irse.
***
El oficial Javier era mulato y alto. Diez minutos antes había preguntado qué hacíamos allí, si estábamos esperando a alguien y si éramos estudiantes. Tres preguntas así casi sin pausa. Le respondimos que esperábamos a alguien y nos dejó en paz.
Pero regresó acompañado por el oficial Lian. No se identificaron sino al final, cuando les preguntamos sus nombres y cargos. Lian era más bajito que Javier, y vestía un pullover Lacoste color mamoncillo. Fue él quien habló entonces. Nos dijo que por favor saliéramos del parque, que había una amenaza de volar el edificio del Ministerio de Comunicaciones con drones, que había “salido en Twitter” y que si no lo habíamos visto. “¿Quién publicó eso, que usuario?”. “Un tal Jorgito RH algo”, contestó.
El oficial Lian nos dijo que la contrarrevolución -y sí, uso esa palabra- estaba detrás de “esto”, y que no podíamos seguirle el juego.
Luego nos invitó a aclarar nuestras dudas en el MINCOM. Sí, en el mismo edificio objeto físico de la supuesta amenaza. Allí estarían los compañeros para conversar.
En las escaleras de la entrada del Ministerio había hombres sentados por grupos de a tres. En el umbral de la puerta nos atendió un joven con credencial. Nos dijo que Miguel estaba atendiendo a los muchachos, que ya había pasado un grupo y que teníamos que esperar. Nos pidió que, por favor, esperemos fuera porque “el de la Seguridad” le había dicho que no podíamos estar parados en la puerta. El de la Seguridad. Lo dijo con una naturalidad de espanto.
Estuvimos el tiempo suficiente para no aburrirnos. Miguel salió con su camisa azul de cuadros y un bolígrafo en el bolsillo. Nos saludó sonriendo y nos llevó con una señora que nos pidió el carnet de identidad y el teléfono móvil. El carnet era para registrar nuestros datos personales en una lista. Los teléfonos quedaron en la recepción del edificio.
Luego entró un grupo de seis muchachos que también venían del parque y les pidieron lo mismo. Cuando estuvimos listos, nos invitaron a pasar al “Salón Cuba”, que tenía todo el aspecto de un comedor.
Siete sillas estaban en fila. Eran seis directivos de los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE ), tres a cada lado, cuatro mujeres y dos hombres. La silla del medio estaba vacía. Cuando nos sentamos en las sillas dispuestas al frente y con poco espacio entre las de ellos y las de nosotros, Miguel ocupó la silla del medio.
Comenzó presentándose: Miguel Gutiérrez, Director General de Informática del MINCOM. “A ver qué duda tienen muchachos”, algo así nos dijo.
Un Coronel del Ministerio de Interior y otros dos hombres tomaban notas. Ninguno de ellos se presentó ni los presentaron.
La primera pregunta fue de un usuario de Snet que ya pasaría los 30 años: que por qué en el televisor y en los medios que habían tocado el tema no mencionaban a Snet. La encargada de comunicaciones -solo dijo su cargo- del JCCE respondió: “Snet no es la única red privada que existe”. “No la mencionaron para no caer en casos puntuales. Para llegarle a todos los usuarios, y a los potenciales también”, dijo luego Miguel y agregó que por eso hablaban “de forma masiva”.
Masiva, esa palabra.
“Pero eso puede crear confusiones”, dijimos. “Sí, tienen razón”, reconocieron.
Lo que siguió se resume en tres dudas aclaradas en una ronda de preguntas y respuestas que demoró poco más de una hora:
1- No se permite conectar una red privada con otra porque no se permite puede enmallar la red.
En una red inalámbrica mallada cada nodo está conectado a todos los demás. Si la red está completamente conectada y se interrumpe un enlace, la información no se pierde porque continúa viajando por otros.
Este tipo de red conecta de forma inteligente al usuario no con su punto más cercano sino con aquel que tenga mejor señal y demás condiciones para asegurar una conexión óptima.
2- Como no se permite la conexión entre nodos de redes privadas hay que recurrir a los proveedores de las instituciones estatales, en este caso los Joven Club, para acceder a los servicios que ya tenían estas redes (juegos en red, plataformas para redes sociales, páginas de clasificados, canales de noticias, FTP).
3- Los proveedores son los JCCE porque en Cuba los servicios de telecomunicaciones son concesión exclusiva de las entidades estatales.
***
Los miembros de la Dirección Nacional de JCCE reconocieron no tener la infraestructura necesaria para lo que llaman «El Proyecto», totalmente a secas. Por eso recurren al esquema de las donaciones.
Uno de los principales aspectos técnicos que, de cara a las nuevas resoluciones, ilegalizan Snet es la potencia. Según el artículo 34 de la resolución 98 el titular de una red privada puede ajustar la potencia de su equipo de conexión inalámbrica con una potencia máxima de emisión de hasta 100mW. El alcance de esta señal depende de factores como la ganancia y frecuencia de la antena, el clima, la ubicación geográfica, pero con este valor de potencia ese alcance se reduce drásticamente.
La donación consiste en un proceso en el cual el usuario llena una planilla – los directivos de JCCE explicaron que se descargaba desde su sitio web-. Luego se presenta la planilla al JCCE, donde se redacta un acta para reconocer que el equipo es del proyecto, y su propiedad la mantiene el usuario. Según esta explicación de Miguel Gutiérrez y demás directivos de la reunión, solo los equipos de personas naturales que pertenecen al proyecto pueden superar los 100 mW.
Gutiérrez aclaró también que se aceptan todo tipo de equipos, aún si no están en la lista de los legalmente permitidos por Aduana para su importación. El cuidado y mantenimiento de los mismos es responsabilidad de ambas instituciones, los JCCE y el MINCOM. La reposición de los equipos está garantizada con el presupuesto estatal, dijo.
Como el usuario sigue siendo el propietario del equipo donado uno de los muchachos preguntó si el usuario mantenía el derecho de retirarlo cuando quisiera. Gutiérrez respondió que sí, claro, es suyo, pero que cuando uno va a jugar pelota y se molesta, no debe irse y llevarse el guante.
La donación no es solo de equipos para la conexión inalámbrica. Las bases de datos y servicios que antes tenía Snet están migrando -en acuerdo con administradores de nodos que decidieron colaborar con el proyecto- a los servidores de JCCE. Incluso, algunos miembros de Snet en La Habana “entregaron más de 250 productos entre juegos y servicios desarrollados por ellos mismos a los Joven Club”, refiere el medio Cubadebate.
La red ganó en alcance pero perdió en autonomía.
Ahora un usuario de La Habana puede jugar con uno de Guantánamo. El tema de los juegos es un tema sensible. Es el origen de SNET. El motivo y su impulso, su desarrollo y su alcance, su razón primigenia de ser. El elemento que concentra la pasión por la red. Y donde hay pasión, ya sabemos, hay sentido de pertenencia y una causa que defender.
– ¿Se permitirán los mismos juegos? ¿Call of Duty, World of Warcraft, Dota?
– Sí, los mismos
– ¿En qué formato?
– Lo estamos colegiando con los usuarios y administradores, lo que sea más factible y cómodo para ustedes.
– ¿Y qué sucederá con las licencias? (autorizaciones para el uso de los software)
– Si no se accede a Internet desde el juego no hay problema. Se puede jugar solo dentro del territorio nacional.
– ¿Pero eso no supone un riesgo para la institución?
– Sí. Pero estar vivo también es un riesgo, ¿no? -respondió Miguel Gutierrez (*).
Cada pregunta tenía una respuesta, cada problema futuramente planteado tenía una solución futuramente pensada.
La protesta pacífica de Snet del sábado 10 de agosto es la tercera que emprenden sectores de la ciudadanía cubana en casi 4 meses. Antes estuvieron las marchas por los derechos de los animales, y la del 11 de mayo (11M) por los de la comunidad LGTBI, luego de cancelada la marcha que organizaba el gobierno.
Al momento de redactar este trabajo ya se habían donado varios equipos y realizado pruebas de conexión y acceso a varios de los servicios a través de los proveedores de los JCCE:
“Aunque existen aún algunas inconformidades en las redes de La Habana, los propios integrantes y administradores están donando sus equipos para establecer las nuevas interconexiones. Tal es el caso del Cerro, Diez de Octubre, La Lisa, Los Pinos en Arroyo Naranjo, entre otros”, aseguró a Cubadebate Pedro Ernesto Pérez (administrador de red que responde al nickname de Doom) .
Joven Club de La Habana publicó y compartió en su cuenta oficial de Facebook –miércoles 14 y jueves 15 de agosto– dos mensajes relacionados con las fases de prueba para la migración de los servicios y bases de datos de las redes privadas a los servidores de los JCCE, en Playa, 10 de Octubre y Habana del Este.
Aún no se tienen datos cuantitativos al respecto (cantidad de equipos donados-legalizados, usuarios conectados y velocidad de conexión, por ejemplo).
Durante la reunión de este sábado, los miembros de la Dirección Nacional de los JCCE y funcionarios del MINCOM aseguraron en varias ocasiones que están “abiertos a negociar con los usuarios”, porque son ellos quienes tienen la responsabilidad de conectar a toda Cuba.
(*) Este diálogo ocurrió entre varios usuarios y los directivos presentes en la reunión. Es un diálogo recreado que respeta el contenido de lo que se habló.
Muy bien, el artículo está condimentado con toda la sorna propia de quienes disienten del Estado Cubano, pero en fin, aún con un título que pretende crear cismas «más alcance, menos autonomía», finalmente más alcance es más intercambio entre los users. ¿Ganó SNET? ¿Ganó el Gobierno?. Para mí, ganó la razón y eso es lo que importa… aunque a algunos les duela.